Don Adán salió igual o peor
“Como si estuviéramos en una orgia legislativa, los senadores del régimen, en lo oscurito, aprobaron reformas para destruir nuestras instituciones. Lo hicieron de la manera más mezquina”, fue la declaración de Kenia López Rabadán, senadora del PAN, haciendo referencia a lo sucedido el viernes 28 de abril, llamándola ‘la noche negra de la democracia.
Las reacciones surgieron de todos los rincones de la oposición, pero seguramente una de las más crudas fue la del exdiputado, exsenador y excandidato a la presidencia por el PAN, Diego Fernández de Ceballos, quien recordó en una colaboración con una cadena de noticias de radio, que “Antes, desde -Benito- Juárez, en el presidencialismo siempre ha habido interferencias groseras entre los poderes, pero en el pasado se procuraba cuidar el respeto a las formas y a la investidura. Ahora no. Ahora la mayoría legislativa y el Ejecutivo Federal arrasan con las formas y se vomitan sobre sus propias vestiduras dañando a la nación. Por eso no se respetan, ni son respetados. Demuestran una incompetencia probada”.
Y ante la rebatinga que provocó la ‘jornada legislativa’ alejada del recinto oficial, le tocará ahora el turno a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de intervenir a los reclamos ya sometidos. Y será con el análisis y evaluación de las formas y protocolos como se aprobaron leyes y se hicieron algunas reformas, como deberán de dar su veredicto a un proceso que luce desaseado. Y es dentro de ese mismo marco, envuelto en un mar de dudas sobre la posición que pudiera asumir la SCJN, con la anulación de la primera parte de la Reforma Electoral esta semana, ha caído "como anillo al dedo” el mensaje enviado desde la Corte, aclarando las incógnitas que intoxicaba el ambiente, demostrando el Poder Judicial su independencia, alejada de las influencias, presiones y ‘recomendaciones’-.
El mensaje de Luis Maria Aguilar Morales, ministro de la SCJN, después de conocerse la anulación de la primera parte de la Reforma Electoral, donde señala que “La Constitución somos todos los mexicanos. La Constitución es voz del pueblo de México, y si no la respetamos y defendemos desde los poderes del estado, desde mi convicción, traicionaría el deber de lealtad que juré cuando asumí el cargo”, es una declaración esperanzadora de que apegados a nuestra Carta Magna se va a dictaminar sobre lo acordado en ‘la noche negra’ y será seguramente un revés para el personaje que todas las mañanas desde pulpito en Palacio pregona “a mi no me salgan con aquello de que la ley es la ley”.
Lo lamentable y preocupante, es que el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández -una de las ‘corcholatas’ presidenciales-, quien de acuerdo a su responsabilidad -según se estipula en sus atribuciones-, es ‘atender el desarrollo político del país y coadyuvar en la conducción de las relaciones del Poder Ejecutivo Federal con los otros poderes de la Unión y los demás niveles de gobierno para fomentar la convivencia armónica, la paz social, el desarrollo y el bienestar de los mexicanos’, se alejó de sus compromisos y obligaciones, ‘abriendo fuego’ en contra del Poder Judicial por la decisión tomada respecto a la Reforma Electoral. “El pueblo mexicano busca recuperar la confianza en sus instituciones, pero la SCJN decidió seguir protegiendo intereses particulares. Nueve ministros pasaron por encima de la voluntad democrática expresada por los representantes populares. No hay de otra: Plan C en las urnas”.
Así que las buenas noticias desde la SCJN pasamos a la intranquilidad de que en ‘una sorpresa’ de la ‘encuesta’ de los morenistas nos toque Don Adán como ‘el elegido ‘, con más de lo mismo o a lo mejor peor. ¿Usted, qué opina?
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