Ideas

Divide y reinarás

Nicolás Maquiavelo fue un personaje que influyó en la historia de Italia como consejero político, por su habilidad y claridad de pensamiento. Nació en Florencia en 1469 y dejó escrita su filosofía política sobre consejos para gobernar en varias obras, entre las que destaca El Príncipe.

Su pensamiento político ha trascendido el tiempo y cobran vigencia sus consejos entre los que destacan los considerados como cínicos, que sólo un político sin escrúpulos utilizaría, como son: Divide y reinarás. Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos. Vale más hacer y arrepentirse que no hacer y arrepentirse. Los hombres ofenden antes al que aman que al que temen. La naturaleza de los hombres soberbios y viles es mostrase insolentes en la prosperidad y abyectos y humildes en la adversidad. La habilidad y la constancia son las armas de la debilidad. El que es elegido príncipe con el favor popular debe considerar al pueblo como amigo. Las armas se deben reservar para el último lugar, donde y cuando los otros medios no basten. El fin justifica los medios. De vez en cuando las palabras deben servir para ocultar los hechos. El vulgo se deja cautivar siempre por la apariencia y el éxito. Creer que el discurso puede cambiar la realidad.

Esas frases constituyen toda una lección de estrategias para los políticos pues han trascendido más de 500 años y muchos políticos cínicos las utilizan sin sentir ningún escrúpulo y encuentran la manera de ligar el pensamiento de Maquiavelo con sujetos y hechos contemporáneos.

En su libro El Príncipe hay mucho de actualidad, en lugar de aportar ideas nuevas se continúa con las trilladas políticas del combate a la corrupción y para combatir la delincuencia se está dejado el uso de las armas para el final. Lo que no está claro es cuál es la estrategia que se está aplicando, si es que hay alguna. Es más fácil aplicar viejas estrategias que utilizar nuevas, pero lo peor es no utilizar ninguna y aplicar la estrategia de que el tiempo lo cura todo.

Al elegir a estos gobernantes el pueblo vio lo que son, no lo que hicieron. Las obras faraónicas de la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya se hacen porque vale más hacer y arrepentirse que no hacer y arrepentirse. La estrategia de dividir al pueblo no es casual, está hecha con toda la mala intención de confrontar a los fifís con los chairos y a los gobernadores con la autoridad federal, se fomenta la división.

Los actuales gobernantes, al ser electos por la voluntad popular, consideran a los electores como amigos, comprando su fidelidad con becas, subsidios y pensiones.

Sólo un político irresponsable puede apegarse a estrategias maquiavélicas. La moral de los cínicos se sustenta en medias mentiras o medias verdades. Miente si lo necesitas es su premisa básica.

Sin embargo, no se puede hacer política sin ética, se puede engañar a alguna gente durante algún tiempo, pero no se puede engañar a todo mundo todo el tiempo si no comprendemos que puede suceder lo de hace cinco siglos.
 

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