Más aeropuerto, ¿para qué?
La segunda pista del aeropuerto de Guadalajara era un viejo anhelo que por momentos parecía obedecer más a un capricho que a una necesidad, pues para crecer el tráfico aéreo no solo es necesario aumentar la capacidad de operaciones, el número de aviones que puedan despegar y aterrizar, sino la de atender esa demanda en la terminal, así como en bodegas para carga-descarga y aduanas. La segunda pista es, pues, solo el primer paso, uno importantísimo para la economía de la ciudad.
Guadalajara es el tercer aeropuerto del país en pasajeros, después de ciudad de México y Cancún, y uno de los tres primeros en carga, junto con el Felipe Ángeles y el Benito Juárez. Lo importante no es, sin embargo, competirle a uno u otro sino entender la importancia estratégica del aeropuerto de Guadalajara para la economía de toda la zona occidente y noroccidente del país. Tener un aeropuerto internacional con posibilidad de crecimiento es fundamental para el desarrollo de una de las más claras vocaciones económicas de Guadalajara: afianzarse como un centro de logística. Interconectar al norte con el centro y el sur, y a todo el país con el Pacífico ha sido uno de los pilares económicos de la ciudad. Desde la evangelización colonial del norte a través de las misiones y los primeros vínculos con el oriente a través de la nao de China, hasta el desarrollo del comercio en los siglos XIX y XX o la industria electrónica en el XXI, la vocación de Guadalajara es ser un nodo.
El aeropuerto de Guadalajara es el centro de exportación de las tres grandes economías agrícolas del país -Jalisco, Michoacán y Sinaloa- que juntas representan una tercera parte del PIB primario y si se le suma Guanajuato es casi 40 por ciento. Es el centro logístico para una parte importante del corredor automotriz del Bajío y para la llegada de suministros y exportación de producto terminado de la industria electrónica. El aeropuerto Miguel Hidalgo es también la conexión del occidente con California, la economía más importante de Estados Unidos. Para darnos una idea, este mes de julio se programaron 138 vuelos semanales a Los Ángeles, 21 al día en promedio (skyscanner.com.mx).
Tener un aeropuerto con mayor capacidad será un gran detonador de actividad económica, pero no se basta solo, se requiere más y mejor infraestructura de movilidad. La línea 5 ya en estudio para el próximo sexenio es sin duda una buena noticia y resuelve un viejo problema de conexión entre la ciudad y la terminal aérea. Sin embargo, tener una sola vía de acceso es un absurdo y un riesgo; urge otra conexión al sur (por avenida Adolf Horn) y una eficiente con el poniente hacia López Mateos. Si queremos desarrollar centros logísticos, como algunos que se han establecido ya en la carretera a Chapala, son urgentes pasos a desnivel eficientes y seguros en todas las conexiones.
Bienvenida la nueva pista, que sea un aliciente para todo lo demás.
diego.petersen@informador.com.mx