Ideas

Jalisco frente al nuevo régimen

Mientras en gran parte del país Morena y aliados preparan, quizá con más ambición que sapiencia, la construcción del nuevo régimen político, Jalisco pareciera estar al margen de esa discusión. El discurso chauvinista y exacerbadamente localista del gobernador Enrique Alfaro y del gobernador electo Pablo Lemus, sintetizado en el lema “defendamos a Jalisco”, terminó por aislarnos de una buena parte de las discusiones nacionales. Qué bueno y qué bien que Jalisco sea una anomalía en la construcción de esta especie de nuevo pensamiento único que rodea a la llamada Cuarta Transformación; que grave que no sea por contrapunto sino por ausencia.

Todas las reformas que caerán en cascada a partir de septiembre tienen un correlato local que no estamos viendo ni discutiendo. Habrá, por ejemplo, que renovar completo al Poder Judicial, lo que implicará una elección más compleja aún que la federal. Si aplican el llamado Plan C completo, implicará una reforma completa al poder ejecutivo del estado, pues desaparecerían montón de instituciones, no solo al Itei, sino organismos autónomos o desconcentrados como el Siapa o el IIEG. A la pérdida de capacidades para el ejercicio de derechos ciudadanos que implican estas reformas, hay que sumar las complicaciones de gestión gubernamental.

Los cambios de gobierno casi simultáneos en la federación y el estado, adicionados por las demandas de nulidad interpuestas por Morena a las elecciones de presidente municipal de Guadalajara y de gobernador del estado, nos tienen muy ocupados en otras cosas. El tamaño de la reforma administrativa que se viene por la adecuación de estructuras a las leyes de austeridad va a ocupar gran parte del tiempo, dinero y energía del nuevo gobierno. 

Más allá de eso que pareciera ser solo burocrático, pero no lo es, pues genera enormes tensiones políticas, lo realmente preocupante es que no hay jaliscienses en las discusiones nacionales. Salvo Clemente Castañeda, que por su experiencia y posición en la bancada de MC será un interlocutor, ninguno otros de los diputados y senadores de Jalisco, sea del partido que sea, tendrá mayor relevancia en la vida parlamentaria de lo que será el Congreso más reformador desde Salinas. En aquella, para bien o para mal, famosa LV Legislatura el senador priista por Jalisco, José Luis Lamadrid (el jefe Lama) presidía la Comisión de Puntos Constitucionales del Senado y el diputado panista Gabriel Jiménez Remus coordinaba junto con Diego Fernández de Cevallos (el jefe Diego) a los diputados del PAN. Ambos eran grandes interlocutores de los cambios que vivía el país. 

En las reformas que vienen, las que cambiarán el régimen político que nos regirá en los próximos años, Jalisco ni picha ni cacha. 

diego.petersen@informador.com.mx

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