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Huentitán: un salto hacia adelante

En “El Padrino”, de Mario Puzzo, así como en la maravillosa versión cinematográfica de Coppola, Tom Hagen, el consiglieri de don Corleone, solía amenazar a sus arrinconados interlocutores con una elegante fórmula: “El Padrino quiere hacerle una proposición que usted no podrá rechazar”. Es lo que hoy conocemos como el “plata o plomo”, pero con saco y corbata. En la política actual está de moda hacer exactamente lo contrario: proposiciones que de antemano se saben inaceptables para el interlocutor, pero que hacen ver bien a quien la propone, pues lo presenta como alguien que quiere diálogo.

La propuesta que le hizo Pablo Lemus a la Universidad de Guadalajara de convertir el predio de El Disparate, destinado a ser un jardín botánico, en parque público, no tiene viabilidad. El alcalde lo sabe, pero tenía que colocarlo sobre la mesa para poner, al menos momentáneamente, la bola en el otro lado de la cancha. Reventar el balón le dará un respiro, pero está lejos, muy lejos, de resolver el problema.

La única salida en Huentitán es hacia adelante. Eso implica que todas las partes entiendan que hay que ceder. El Gobierno del Estado ya le aventó el problema al alcalde Lemus, y con razón; mantenerse en el conflicto sólo desgasta al gobernador y ya no tiene nada que ganar en él. La empresa desarrolladora de Iconia no tiene mayor prisa, pero si quiere ser parte de la comunidad de esa zona le conviene una solución, por supuesto no a cualquier precio, pero sabe bien que es mejor un arreglo ahora que un largo pleito que enrarezca cada vez más la relación con los vecinos. La Universidad de Guadalajara ya ganó, merced al error del juez de encarcelar a los jóvenes. La decisión que tienen que tomar los udegeítas es cuándo y cómo tomar sus utilidades políticas para que le den mayor rendimiento. El problema, así como la posibilidad de convertir la crisis en una victoria política, está en manos del alcalde tapatío Pablo Lemus. 

Cualquier salida hacia adelante en Huentitán implica dos cosas: poner a los vecinos en el centro de las decisiones y pensar el desarrollo más allá de Iconia, es decir, pensando el territorio completo, desde Periférico hasta la Barranca de Huentitán, e incluyendo a todos los jugadores de la zona: el Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), el Museo Barranca, el Zoológico Guadalajara, el proyecto de jardín botánico, el viejo planetario y, por supuesto, la barranca como área natural protegida.

Toda crisis política es también una oportunidad, y Lemus la tiene. Pero si algo hay que aprender del pasado es que ningún acuerdo es permanente, mucho menos con el grupo político de la UdeG y que con “los leones” nada es personal: ni el pleito ni el arreglo. “It´s business”, diría don Corleone.

diego.petersen@informador.com.mx
 

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