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Fofo, fofo

Movimiento Ciudadano cambió la inteligencia de Patricia Mercado por la chabacanería de Sandra Cuevas. Prefirió perder para esta campaña a una de las mujeres más congruentes y reconocidas de su partido, una política que es un lujo tenerla en cualquier espacio, a cambio del puñado de votos que controla la alcaldesa de Cuauhtémoc en la Ciudad de México.

La comparación resulta más que odiosa por la distancia entre lo que pierde y lo que gana MC en contenido. Patricia Mercado fue fundadora y candidata presidencial por el Partido Socialdemócrata Mexicano, secretaria de Gobierno en la Ciudad de México, defensora de los derechos de las mujeres trabajadoras. Es una mujer congruente de punta a punta y cuya credibilidad apuntalaba la débil campaña de Jorge Álvarez Máynez. 

Sandra Cuevas es todo lo contrario. Representa la política frívola, es egocentrista, está enamorada de sí misma, se cree Bati-chica y no tiene empacho en pasar por encima de los derechos de las personas con tal de llamar la atención. Llegó a la alcaldía de la mano del PRD en la Alianza de 2021, pero no tardó en traicionar a su partido para unirse al PAN, luego salió de este partido cuando no le dieron la candidatura a la Ciudad de México y se puso los tenis naranjas a la menor provocación.

Bienaventurado el que ha perdido la vergüenza porque ya no tienen nada que perder. Movimiento Ciudadano entró ya en esa etapa de descomposición donde lo único que importa es salvar el registro. En todas las encuestas publicadas este año MC tiene una intención de voto de entre tres y seis por ciento en la elección presidencial. La posibilidad de que Álvarez Máynez, un político joven poco conocido nacionalmente, esté por debajo del tres por ciento en una elección que tiende a polarizarse es muy alta. 

La apuesta de Dante Delgado para mantener el registro es la elección de senadores. Con una votación cercana a 60 por ciento MC necesita alrededor de dos millones de votos al Senado para sobrevivir. Luis Donaldo Colosio en Nuevo León y Clemente Castañeda en Jalisco son apuestas fuertes con altas probabilidades de ganar; sin embargo, en ambos casos irán en elecciones a tercios, lo que significa que juntos los dos Estados sumarán alrededor de 1.8 millones de votos. Ahí es donde entran Cuevas y otras candidaturas que son polémicas, pero que pueden darle esas décimas de punto que aseguren al partido naranja vida y presupuesto.

Con lo de comer no se juega, respondió mi amiga cuando le preguntaron por qué no se divorciaba del marido del que tanto se quejaba. A Dante ya no le importa la congruencia ideológica sino la comida, la sobrevivencia. Con lo del registro no se juega, aunque para ello tenga que caer de las de por sí frívolas candidaturas fosfo-fosfo a otras peores con un planteamiento literalmente fofo-fofo.

diego.petersen@informador.com.mx

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