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Saldo de la guerra de los celulares filtrados

El Presidente se equivocó. Los reportajes sobre la probable participación del crimen organizado en sus campañas para la Presidencia lo sacaron de sus casillas y le regaló a la oposición la frase que necesitaban para sostener el discurso de que López Obrador es un peligro para la democracia: “Por encima de la ley está la autoridad política”, dijo. Para que no quedara duda alguna, el periódico más cercano al Presidente, La Jornada, lo publicó a ocho columnas. Para colmo, el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, le hizo un terrible daño al proyecto de Morena cuando, para quedar bien con su jefe, confesó que le propuso a López Obrador torcer la ley para que se reeligiera.

La frase del Presidente fue en el contexto de la violación que cometió a la Ley de Protección de Datos Personales al revelar el número telefónico de la reportera del New York Times en la mañanera. La defensa esgrimida por la Presidencia y su coro es que no hay violación porque ese número de teléfono ya lo había publicado antes la propia reportera, lo que es, parafraseando a Monsiváis, una excelsa declaración patrimonial de la ignorancia o de la prepotencia de la Presidencia. Yo puedo publicar mi número celular donde quiera, en un anuncio de ocasión, en redes sociales o en un espectacular, pero el Gobierno o cualquier otro particular al que yo se lo haya proporcionado, por la razón que sea, tiene estrictamente prohibido divulgarlo si no cuenta con mi consentimiento. De eso se trata la protección de datos personales. Debieron haber testado (tachado) el número, y si no lo hicieron por las calenturas del momento, haberse disculpado. En lugar de ello el Presidente metió a su partido en una guerra inútil durante el fin de semana: la de los celulares filtrados.

La filtración en redes de los celulares de José Ramón, el mayor de los hijos del Presidente, y de las candidatas Sheinbaum y Gálvez desató una absurda batalla que llevó a los morenistas a cometer otro error: victimizarse. Mientras el hijo del Presidente y la candidata de Morena acusaban la invasión a su privacidad, que sin duda lo es, la candidata del Frente le dio la vuelta en positivo y grabó un video dando a conocer su número y agradeciendo las muestras de apoyo.

A quererlo o no la oposición ha marcado la agenda las últimas semanas. A cuatro días del arranque formal de las campañas, Morena no sólo perdió el control de la conversación sino de su propia estrategia. Una campaña fundada en la continuidad de López Obrador y su proyecto, tienen hoy en la soberbia del Presidente su punto más débil. 

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