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Línea 5 y el perro de las dos tortas

Los tapatíos se anulan solos. Tú etiquétales en el presupuesto lo que sea, nunca se podrán de acuerdo para ejercerlo, solía ser la broma entre los funcionarios de Hacienda. Así sucedió durante años con los grandes proyectos de agua y de transporte público. Al parecer, otra vez, vamos directo al mismo hoyo y por la misma ruta.

Hace unos días el alcalde de Tonalá, Sergio Chávez, presentó lo que él llama una ruta alterna para “la Línea 5”. En su lógica es mejor una línea que vaya de la nueva central camionera por la carretera a Zapotlanejo y después por el nuevo Periférico hacia el aeropuerto, una ruta de alrededor de 18 kilómetros donde la mayor parte está despoblada. Esta sería, según él, la alternativa a la que propone Pablo Lemus, que iría desde un poco más adelante del Aeropuerto de Guadalajara hasta el Periférico Poniente, pasando por el Agua Azul y por la zona Minerva en varias etapas.

Lo peor que nos puede suceder en transporte público es que los proyectos lleven nombre de político: el proyecto de Pablo, el proyecto de Sergio, el proyecto de Alfaro en lugar de ser el proyecto de la ciudad. El gran problema de la Línea 4 es que primero se tomó la decisión de la ruta y luego se hicieron los estudios. Fue el resultado de un capricho (las promesas de campaña son eso, caprichos). La falta de aforo la terminaremos pagando entre todos, pues hay que recordar que el pago de la contraprestación está apalancada en el boletaje, los ingresos de Siteur y las participaciones federales. Los grandes beneficiarios de esta Línea, además de los habitantes del pueblo de Tlajomulco y unos cuantos fraccionamientos que ya están ahí, serán los dueños de las tierras antes agrícolas y que ahora serán urbanizables.

Por supuesto que Tonalá necesita mejor transporte. Hay que llevar el Peribús y crecer la Línea 2 hacia el oriente para comunicar a los tonaltecas que ya están ahí, no hacer una línea de transporte masivo para ver cuando se llena y que los especuladores urbanos vuelvan a ganar. Los pobladores de la carretera a Zapotlanejo y del Nuevo Periférico necesitan transporte público eficiente, sin duda, pero una línea de tren es para las zonas altamente pobladas.

Lo único que va a lograr el alcalde de Tonalá si siegue por esa ruta es que el gobierno federal, que no tiene dinero para el próximo año, encuentre la excusa perfecta para decirnos a los jaliscienses “pónganse de acuerdo y después me hablan” y corremos el riesgo de quedarnos, una vez más como el perro de las dos tortas.

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