Guerra de zocalazos
¿Qué marcha tuvo más convocatoria, la de la defensa del INE o la de la defensa de la soberanía energética? ¿La marcha del INE fue en realidad una marcha antiLópez Obrador y la de la del conmemoración del 18 de marzo fue sólo en apoyo al Presidente? ¿Los que marcharon por el INE estaban defendiendo a García Luna y los que marcharon por el día de la nacionalización petrolera a Bartlett como se acusaron mutuamente los dos bandos?
Pocas cosas más absurdas que la búsqueda de la pureza, y particularmente en política. En el burdel del poder lo único que no hay es pureza y sí todo lo demás. Morena hizo una gran demostración de poder con el mitin del sábado. Lo suyo es llenar el Zócalo y lo lograron sin despeinarse. La oposición convocó en torno a la defensa del INE sin tener los recursos del poder ¿Se traducen las marchas en votos? No necesariamente. Ya hemos dicho que un manifestante rosa no es necesariamente un voto por la oposición, aunque difícilmente uno de ellos votaría por un candidato de Morena. Los que estuvieron el sábado en el Zócalo sí son claramente lopezobradoristas, pero el traspaso del voto pejista al candidato de Morena no es automático. Si alguien lo sabe es el propio Presidente. De ahí la necesidad de enfatizar ante sus seguidores que la continuidad está asegurada con cualquiera de las llamadas “corcholatas”.
Todas las encuestas dicen que en este momento el candidato de Morena ganaría las elecciones. Si algo sabe el Presidente es que la elección no es hoy sino dentro de quince complejos meses, mismos en los que enfrentará tres grandes amenazas: los temas de seguridad, que no hay manera de que no empeoren, pues lo menos que puede suceder es que los estadounidenses aprieten para que se haga más evidente el ataque a los cárteles, con lo que el discurso de los abrazos se derrumba. Dos, los crecientes escándalos de corrupción que van aflorando en diferentes ámbitos de la administración, y que el Presidente se la vive justificando a costa de su credibilidad. Y, tres la descomposición interna de Morena por la guerra que desatará entre las tribus de cara a la sucesión presidencial.
El pilar sobre el que se sostiene el proyecto de Morena es López Obrador es la popularidad del Presidente. Mientras se mantenga arriba de 60 por ciento las posibilidades de que su partido refrende el poder son altas, pero no basta; necesita mantener la tensión social, la movilización y la polarización. Eso es lo que vamos a ver y vivir a tope en los próximos meses. La guerra de zocalazos es sólo el principio.
diego.petersen@informador.com.mx
Diego Petersen Farah