Coahuila como laboratorio electoral
La renuncia del subsecretario de Seguridad Ciudadana, Ricardo Mejía Berdeja, uno de los consentidos de las mañaneras, el vocero encargado de dar las cifras de violencia, prendió los focos rojos en Morena y convirtió a Coahuila en un interesante experimento de lo que puede suceder en 2024. Evidentemente no se pueden extrapolar los comicios de un estado a la elección nacional; sin embargo, habrá varios indicios a observar en el comportamiento de los distintos actores políticos en esta elección.
El primer fenómeno interesante es la encuesta como sistema de selección de candidatos. Una encuesta no suple una elección, lo sabemos de cierto; en no pocas ocasiones fallan, y mucho, pero sobre todo las encuestas son un instrumento más manipulable que casi cualquier esquema de selección de candidatos. La opacidad en las encuestas internas es una tradición en Morena, lo sabe Ricardo Monreal, que tardó días en aceptar los resultados cuando “perdió” frente a Claudia Sheinbaum en la carrera por la CDMX en 2018 y lo sabe Martí Batres que hizo su berrinche en aquella ocasión cuando lo que le entregaron no fue un cuaderno con los resultados y los cuestionarios de las encuestas aplicadas sino una tarjeta (literal) con porcentajes. La diferencia es que en otras ocasiones la política había logrado aplacar y acomodar a los disconformes. Hoy Mejía rompió el mito de que en Morena nadie se rebela ni se enfrenta a López Obrador. Hay varios, entre ellos Ebrard y Monreal, muy atentos al futuro de Mejía.
El otro fenómeno a observar es el de las alianzas electorales. El Partido del Trabajo decidió romper en Coahuila porque calcula que con Mejía en la boleta tendrá mejores posiciones, y en una de esas hasta gana. Esto es, no son compañeros de proyecto de López Obrador y eso que él llama Cuarta Transformación y que todos los políticos afines usan como estrategia de posicionamiento; los partidos lo que tienen son intereses y muchos de ellos simplemente inconfesables. Ellos también están midiendo cuánto valen para el proyecto de López Obrador en la elección para Presidente. Si Morena pierde Coahuila su alianza valdrá más, mucho más.
Sin el PT y sin el Verde y, sobre todo, con el senador Armando Guadiana como candidato -un representante de las peores prácticas políticas- Morena tendrá un elección muy complicada. Por lo mismo, Coahuila y Estado de México serán también un laboratorio para observar hasta dónde el Gobierno federal usa los recursos del Estado para imponer a sus candidatos y cómo reaccionan ante ello las autoridades electorales, particularmente el INE, que para entonces tendrá cuatro nuevos miembros, uno de ellos el presidente del organismo. Lo que dejen pasar las autoridades electorales en el laboratorio de Coahuila y Estado de México lo veremos multiplicado por diez en la elección de la Presidencia de la República.
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Diego Petersen Farah