Caso Casar: ¿corrupción o abuso de poder?
Todo el poder contra el mensajero. Una vez más el Presidente López Obrador mostró hasta dónde es capaz de llegar cuando se trata de usar el poder para aplastar a sus enemigos. Toda la maquinaria de la Mañanera junto a la estructura de medios aliados (¿debiéramos de decir comprados?) para atacar a la directora de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) por un caso donde lo único que no pudieron demostrar es que se trata de un acto de corrupción. Podemos discutir si las formas en que indemniza Pemex, al igual que otro montón de canonjías y prestaciones que tienen los trabajadores de la petrolera mexicana merced a un sindicato charro y corrupto (de eso sí hay pruebas suficientes), deberían o no subsistir, lo que no dejaron claro es que se trate de un acto de corrupción.
De lo que no hay duda es que el Gobierno de López Obrador, en voz del director de Pemex, Octavio Romero Oropeza (cuyo único mérito para estar ahí es haber manejado las finanzas personales del Presidente en la época en que nadie sabe cómo ni de qué vivió), violó flagrantemente la ley de protección de datos personales por un mero afán de venganza. ¿Cuántos casos de pensiones similares hay en Pemex? ¿De verdad creen que están combatiendo la corrupción en Pemex suspendiendo el pago de una pensión? ¿Cuánto ha costado la ineptitud de Oropeza sólo en el manejo financiero de la deuda de la petrolera? Ventilemos todo.
Si se sospecha de algo irregular en la pensión de los herederos de Carlos Fernando Márquez, Pemex tiene todo el derecho de poner una demanda e iniciar un juicio para revisar el asunto (¿no es eso lo que pide una y otra vez el Presidente cuando se acusa a sus hijos de corrupción?). A lo que no tienen derecho es ni a suspender unilateralmente el pago de la pensión ni mucho menos a acusar a los beneficiarios de corrupción.
Se puede estar o no de acuerdo con las posiciones políticas del fundador de la organización Mexicanos Contra la Corrupción, Claudio X. González, una de las plumas de vomitar del Presidente de la República. Lo que no he visto jamás en la mañanera es que se haya dicho que el reportaje de la Casa Blanca de Peña Nieto sea falso; o que la Estafa Maestra, por la cual acusaron a Rosario Robles, no existió; o que Oderbretch, Lozoya y los funcionarios que recibieron dinero para la campaña de Peña Nieto son inocentes. Todos esos reportajes, y muchísimos más, se hicieron con María Amparo Casar al frente de la organización que hoy persiguen.
El poder es mezquino por naturaleza. El abuso del poder y la mezquindad del poderoso es el resultado del desequilibrio de los poderes. Ahora sí que, por el bien de todos, este 2 de junio, independientemente de por quién votemos, equilibremos los poderes.