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¿De qué está hecha Claudia?

Hoy es el día D en Morena. De cómo procese el presidente nacional, Mario Delgado, el conteo de las papeletas de la encuesta y cómo lo comunique depende en gran medida el éxito o los riesgos de la unidad del partido en el poder. Todavía quedan cuatro días, entre la tarde de hoy y la del domingo, fecha en que será la reunión oficial del partido Morena para designar al coordinador de la 4T, para hacer operación cicatriz, es decir, para que antes de que el Presidente López Obrador entregue el bastón de mando (ajá) se apacigüe a los derrotados. Las miradas están puestas en Marcelo, y hay razones para ello, pero no hay que quitar la vista de los posibles berrinches de Monreal, el pataleo de Adán Augusto y la probada capacidad de chantaje de Manuel Velasco.

Hace seis años Mario Delgado estaba del otro lado de la mesa, junto con Ricardo Monreal y Martí Batres cuando les dijeron: “Es Claudia”. Todos protestaron, incluso él, por la falta de transparencia en el proceso. Hoy se cura en salud convocando a un recuento voto por voto, boleta por boleta. Hace seis años Delgado no se levantó de la mesa y fue el primero en reconocer el triunfo, real o impuesto, de Sheinbaum. Ese papel ahora parece que lo jugará Fernández Noroña, con la diferencia de que hoy no basta con eso.

Lo único seguro es que habrá pataleo. Sin embargo, no es lo mismo que el pataleo se dé por asuntos digamos menores -un cuestionario mal levantado, la falta de una firma de alguno de los representantes, una diferencia de dos votos en una circunscripción- que por asuntos de fondo como mano negra en la selección de los puntos para levantar la encuesta o robo de paquetes, que es lo que ha venido denunciando el equipo de Marcelo.

¿Qué tan cara venderá la derrota Ebrard? Ahora sí que depende del resultado. Si, como muestran las encuestas publicadas que podemos considerar serias, la diferencia está alrededor de los diez puntos, sólo le queda negociar sin perder demasiado la dignidad. Menos de cinco puntos la cosa comienza a ponerse divertida, más aún si no hay coincidencia plena de todas las casas encuestadoras. Ese escenario le daría a Marcelo los elementos para inconformarse.

Más importante que la diferencia de votos será la actitud que tome Sheinbaum. El encono entre los equipos es grande y bajar la temperatura depende fundamentalmente de que Claudia sea generosa en la victoria. Si de verdad quiere ser Presidenta es ella y no Mario Delgado ni López Obrador quien debe encabezar la operación cicatriz. 

Mañana sabremos si Claudia es candidata; en los siguientes días veremos si tiene madera de Presidenta.

Nota: En Tres Patadas sale de vacaciones una semana. Nos leemos de nuevo el jueves 14 de septiembre.

diego.petersen@informador.com.mx
 

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