Alfaro, ¿astuto o traidor?
Cuenta quien fue su entrenador de futbol que, de niño, Enrique Alfaro Ramírez era un gran jugador que se distinguía del resto de los chavos y era, por supuesto, el centro delantero. En una práctica el entrenador decidió cambiar posiciones y le ordenó a Alfaro que fuera a la portería, lo que el niño Enrique consideró un insulto. Tomó su balón y se fue a su casa. La anécdota lo pinta de cuerpo entero.
Enrique Alfaro es el líder de un gran movimiento en Jalisco. Es el centro delantero, el que mete los goles, el que organiza el equipo. También es el que hace las rabietas y no le gusta que le digan lo que tiene que hacer. Quienes han pactado con él a lo largo de su carrera saben que es un político sobresaliente, pero poco confiable. Comenzó su carrera en el PRI y cuando vio que no obtendría la candidatura que deseaba, se alió con Raúl Padilla para competir por el PRD a la alcaldía de Tlajomulco. Ganó y de inmediato rompió con Padilla para construir su independencia. En la elección de 2012 abandonó el proyecto lopezobradorista para hacer una alianza de facto con el PAN: casi le sale la jugada, pues quedó a dos puntos de ganar la gubernatura. En 2018 se volvió a aliar con Padilla para convertirse en gobernador y luego volvió a romper.
¿Astuto o traidor? Depende a quién le pregunten será la respuesta. Tan cierto es que Alfaro ha crecido rompiendo las alianzas y retando los liderazgos que lo hicieron crecer, como que tiene un olfato político sobresaliente y que hasta ahora las jugadas le han salido.
El reto al líder de MC no debe, pues, sorprender a nadie. Hace rato que Alfaro y Dante ya no caminaban por la misma acera y el gobernador de Jalisco se siente con la capacidad de confrontar al líder y fundador del partido. ¿Cuánto pesa Alfaro en Movimiento Ciudadano? Si le creemos que los casi 950 mil votos de MC en Jalisco en la última elección federal son todos alfaristas, él aportó 27 por ciento del total de votos nacionales, frente, por ejemplo, a Nuevo León que aportó 12 por ciento. Alfaro cree que eso le da derecho a influir más que el resto de sus compañeros en las decisiones del partido.
Sin embargo, el tema de fondo es la elección local. El gobernador sabe que el riesgo de perder es alto. En la elección federal del 2021 su partido obtuvo en Jalisco 31.7 por ciento de la votación frente a 31.2 de la Alianza y 26.6 de Morena y aliados. La diferencia de votos frente a los partidos que hoy constituyen el Frente fue de apenas 13 mil y de 150 mil con la alianza de la 4T, con un pequeño detalle: el partido que más ha crecido los últimos años es Morena.
En una elección concurrente, polarizada y en la que MC no tiene candidato competitivo a la Presidencia de la República, ir solos es un suicidio para el alfarismo, por ello, para Alfaro la única ruta es la coalición.
diego.petersen@informador.com.mx