Diccionario del diablo para entender la política
Dicen que un buen chiste te ahorra una crítica aguda o un juicio certero. Y yo añadiría que también ilustra. Sobre todo cuando se trata de la política, ese arte cuya práctica a pesar de los siglos no ha cambiado mucho.
Los viernes en este espacio comparto alguna historia o reflexión para cerrar la semana. En esta ocasión hice una selección del “Diccionario del diablo” del periodista norteamericano y escritor satírico Ambrose Bierce (1842). Ojalá sirva de brújula y agasajo.
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Alianza, s. En política internacional la unión de dos ladrones cada uno de los cuales ha metido tanto la mano en el bolsillo del otro que no pueden separarse para robar a un tercero.
Aristocracia, s. Gobierno de los mejores. (En este sentido la palabra es obsoleta, lo mismo que esa clase de Gobierno). Gentes que usan sombreros de copa y camisas limpias, culpables de educación y sospechosos de cuenta bancaria.
Batalla, s. Método de desatar con los dientes un nudo político que no pudo desatarse con la lengua.
Candidato, s. Caballero modesto que renuncia a la distinción de la vida privada y busca afanosamente la honorable oscuridad de la función pública.
Cleptómano, s. Ladrón rico.
Congreso, s. Grupo de hombres que se reúnen para abrogar las leyes.
Conservador, adj. Dícese del estadista enamorado de los males existentes, por oposición al liberal, que desea reemplazarlos por otros.
Corsario, s. Político de los mares.
Degradación, s. Una de las etapas del progreso moral y social que lleva de la humilde condición privada al privilegio político.
Diplomacia, s. Arte de mentir en nombre del país.
Elector, s. El que goza del sagrado privilegio de votar por un candidato que eligieron otros.
Historia, s. Relato casi siempre falso de hechos casi siempre nimios producidos por gobernantes casi siempre pillos o por militares casi siempre necios.
Injusticia, s. De todas las cargas que soportamos o imponemos a los demás, la injusticia es la que pesa menos en las manos y más en la espalda.
Insurrección, s. Revolución fallida. Fracaso de opositores que pretenden reemplazar un Gobierno malo por otro desastroso.
Justicia, s. Artículo más o menos adulterado que el Estado vende al ciudadano a cambio de su lealtad, sus impuestos y sus servicios personales.
Nepotismo, s. Práctica que consiste en designar a la propia abuela para un cargo público, por el bien del partido
Patriotismo, s. Basura combustible dispuesta a arder para iluminar el nombre de cualquier ambicioso. En el famoso diccionario del doctor Johnson, el patriotismo se define como el último recurso de un pillo. Con el respeto debido a un lexicógrafo ilustre, aunque inferior, sostengo que es el primero.
Político, s. Anguila en el fango primigenio sobre el que se erige la superestructura de la sociedad organizada. Cuando agita la cola, suele confundirse y creer que tiembla el edificio. Comparado con el estadista, padece la desventaja de estar vivo.
Quórum, s. En un cuerpo deliberativo, número de miembros suficiente para hacer su voluntad. En el Senado norteamericano, se forma quórum con el presidente de la Comisión de Finanzas y un mensajero de la Casa Blanca; en la Cámara de Representantes, bastan el presidente del cuerpo y el demonio.
Referéndum, s. Ley que se somete a voto popular para establecer el consenso de la insensatez pública.
Senado, s. Cuerpo de ancianos que cumple altas funciones y fechorías.
Voto, s. Instrumento y símbolo de la facultad del hombre libre de hacer de sí mismo un tonto y de su país una ruina.
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En 1913, a sus setenta y un años, Briece emprendió un largo viaje por el Sur de Estados Unidos para luego cruzar la frontera mexicana. Nunca más se supo de él. Pero nos dejó su obra genial.