Ideas

Diario de un snob


*¡Lo que va de ayer a hoy!
*Las célebres Fiestas de los Santos y de Los Compadres
*Con estas fiestas culminaban las festividades Navideñas ¡hace un siglo!

Ya lo hemos repetido hasta el cansancio que la vida cotidiana más o menos como la conocimos ha cambiado de una manera absurdamente vertiginosa que a veces no reconocemos o recordamos usos y costumbres que estuvieron vigentes no en el siglo XIX; sino apenas hace 10 años o tal vez menos. Lo curioso y dramático es que tanta tecnología ni nos ha hecho ser más felices ni más brillantes, ni guapos ni ricos. Hace 200, o 150 años las celebraciones Navideñas concluían por separado el día 1 de Enero con la llamada RIFA DE LOS SANTOS y consistía en reunirse grupos de jóvenes lo mismo en salones palaciegos de la calle de San Francisco que en saloncitos de casas de barriada, “humildes pero decentes” y en torno al Nacimiento o a la mesa del Comedor. Las jóvenes en edad de “merecer” depositaban en una ánfora o en un Tibor de la China tarjetitas con los nombres de los Santos más populares de la corte celestial, en otro tibor se depositaban los nombres de los invitados, y en algún momento uno de ellos sacaba del tibor de los Santos una tarjeta y si le tocaba por ejemplo San ANTONIO había que rendirle un culto más recurrente durante todo el año y más ¡si la intención era encontrar marido! La noche del día 6 de Enero era aún más divertida pues para quitar el NACIMIENTO se volvían a reunir los grupos de amigos y en los sombreros de los jóvenes en uno se anotan en pequeñas papelas los nombres de los invitados masculinos y en el otro el de las chicas. El punto culminante de la fiesta lo era cuando se procedía a sacar (haciendo trampa) el nombre de supongamos CHUCHO amigo relamido y estirado de los presentes... y como por arte de magia del bonete de las mujeres “inocentemente” sacaban tarjetita con el nombre de la más fea de la fiesta... provocando escenas por demás chuscas y divertidas y “aparentemente” era la suerte la que decidía juntar “parejas disparejas” que al menos esa noche se veía el mentado CHUCHO obligado a bailar y cortejar a RUPERTA o como se llamara la más fea de la fiesta. Y aun a veces el castigo era cortejarla todo el nuevo año. Ante la diversión del grupo joven, pues esta era una de las poquísimas oportunidades en que los jóvenes organizaran propiamente la fiesta y hasta sin chaperonas. Así, las organizadoras se ocupaban de hacerse las sorprendidas cuando lo mismo a una “amiga” le endosaban al mozo de la casa o al revés, para favorecer tal o cual relación aparecían las tarjetitas que hacían “match” según ellas de manera providencial. Se partía la ROSCA DE REYES, se bailaban los valses de moda y se realizan juegos de “prendas” o las muy famosas CHARADAS... O aquel juego que comenzaba con” UN NAVIO CARGADO DE...”. (Aquí alguien pronunciaba una sola letra, supongamos B) y al aventarle un muñeco de trapo a alguna señorita esta debía contestar casi en automático y rapidísimo, alguna palabra que iniciara en la B, la audiencia esperando la respuesta y la chica bella pero no instruida respondía ¡VACA! ante la consabida burla por su disparate. Se les acababa imponiendo “castigos” a los o las que más perdían por no dominar la gramática ya fuese dando un regalo o aguantar los flirteos de personajes de la TALLA de Don SUSANITO PEÑAFIEL Y SOMELLERA. Que en las cintas caracterizaba el gran actor JOAQUÍN PARDAVE. Y bueno, así era nuestro Mundo todavía hasta bien entrado el S. XX. Hoy ni quien se acuerde ni de los Santos protectores “cuantimenos” de los que resultaron “compadres” a capricho de las organizadoras de la fiesta. Un lamento de pronto no deja de oírse de vez en cuando por allí... snifff, “hay, qué tiempos Señor Don Simón”... Y COOOORTE.

Todavía por los años 30’s del pasado S. XX las fiestas de Navidad culminaban el día 1 de Enero con la llamada “Rifa de los Santos” y para la noche del 6 se llevaba a cabo la tradicional merienda con la intención de partir la Rosca de Reyes y la que fuera muy famosa “Rifa de los Compadres” que reunían a grupos de jóvenes de todas clases sociales y por todos rumbos de Guadalajara como de la Ciudad de México para participar en una especie de tertulia de salón y juegos que hoy nos parecen ingenuos pero ciertamente divertidos. Este grabado nos muestra una de estas noches en una casa de clase media tapatía hacia 1889-90. CORTESÍA / F. Partida
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