Diablos, “quemando la Liga”; Charros, eliminados
Con los Diablos Rojos del México quemando la Liga, como se dice en el argot popular, con un impresionante récord de 71 victorias y solamente 19 derrotas, como favorito para llevarse la Serie del Rey, que habrá de consolidarse en algunas semanas más, una vez que se desahoguen las diversas etapas de los Playoffs en la Liga Mexicana de Beisbol (LMB), el máximo circuito profesional jugándose en primavera-verano, terminó la etapa ordinaria y, como ya se había dicho, los Charros de Jalisco quedaron fuera de la participación en la fiesta grande de la Postemporada al haber concluido estamentados casi en el fondo de la tabla en la Zona Norte, con 36 victorias frente a 56 fracasos, con un porcentaje de 0.391 a 18 juegos del líder Sultanes de Monterrey, y solamente superando, en el noveno, o sea, el penúltimo peldaño de la tabla, al peor equipo de la división, que fue Dorados de Chihuahua.
Así las cosas, en la Zona Norte quienes están ya inmersos en los Playoffs son Sultanes de Monterrey, Tecolotes de los Dos Laredos, Algodoneros de Unión Laguna, Toros de Tijuana, Acereros de Monclova y Rieleros de Aguascalientes, que están buscando quedarse con las posibilidades de seguir bregando para obtener el máximo logro en la zona norteña y disputar la ya citada denominada Serie del Rey, que es simplemente la lucha entre los campeones de cada una de las zonas por el título de la Liga de beisbol profesional veraniega en México.
Y en la zona sur, después de los Superdiablos, a 20 juegos de distancia en segundo lugar, los Conspiradores de Querétaro, equipo de nueva presencia en este año del circuito, que no hicieron mal trabajo, y acompañados también de los otros cuatro conjuntos que están en los calendarios de Postemporada de la Zona Sur, que son Leones de Yucatán, Águila de Veracruz, Guerreros de Oaxaca y Los Pericos de Puebla.
En la Zona Norte, comparten con Charros de Jalisco el no haber logrado calificar a Postemporada los Saraperos de Saltillo, Caliente de Durango y los ya citados Dorados de Chihuahua.
En tanto, en el Sur, quedaron fuera Olmecas de Tabasco, que es el único conjunto de los 20 que conforman el circuito veraniego que pertenece a un gobierno estatal y por más que se sabe se le inyectó recursos públicos, no lograron la meta inicial de pasar a Playoff. Y ahí están también, fuera de la fiesta grande, los Bravos de León, Piratas de Campeche y el peor equipo de la división Sur y de las dos divisiones, los Tigres de Quintana Roo, que atraviesan por un muy mal momento, aquejados por la falta de recursos ante la imposibilidad de adquirir peloteros importados, habiéndose que recordar que en esta campaña se permitió la escandalosa cifra de 20 beisbolistas foráneos por cada equipo, lo cual, entre paréntesis, es una situación que está en discusión sobre su viabilidad en los próximos años.
Para Charros de Jalisco terminó la pesadilla, una campaña para el olvido, ridícula para un conjunto que habita en una plaza que es identificada por su prestigio, en la que debe campear un conjunto poderoso, competitivo, atractivo, espectacular, como lo que ha caracterizado en muchos años de historia de vida profesional en México a los campiranos albiazules de Jalisco.
Habrá que analizar lo que en esta situación tuvo que ver el trabajo de Benjamín Gil, un piloto que tiene etiqueta de exitoso, que es el mánager de Charros tanto en invierno como en verano y que el año pasado ya condujo al equipo en la Liga Mexicana del Pacífico (LMP) con un trabajo mediano que también rayó en la mediocridad, sobre todo acorde a la fama, bien ganada por cierto, de mánager exitoso que tiene el tal Gil, habiendo dejado mucho qué desear en su desempeño, llegándose a especular en varias ocasiones que era necesaria la salida de su puesto de piloto sin que se llegara a concretar.
Ahí queda pues para el análisis la desastrosa campaña, y esperar que el equipo aprenda la experiencia de lo ocurrido en la Liga primaveral y desde ahora se aboque la directiva junto con el cuerpo técnico y el mismo mánager que es Benjamín Gil a revisar qué es lo que tiene qué hacerse para que no se tenga un fracaso en la Liga invernal que inicia en octubre y que se espera sea distinta con un conjunto que al menos en el papel tiene mayor presencia y prestancia que el roster con que se cuenta para el verano.