Detrás del plagio de la alcaldesa
Una clave para entender el móvil detrás del plagio en Zapopan de Yolanda Sánchez, alcaldesa de Cotija, Michoacán, se halla en una crónica del 16 de mayo en EL UNIVERSAL titulada: “CJNG aumenta operatividad y acoso en Cotija”.
Carlos Arrieta, corresponsal del diario, narró cómo en abril pasado miembros del cártel Nueva Generación asesinaron a dos uniformados durante un ataque a la comandancia municipal. Semanas después, el 3 de mayo, ocurrió un hecho desconcertante.
Según el cronista, civiles armados a bordo de camionetas con siglas del cártel Nueva Generación llegaron a la Presidencia Municipal. Los acompañaban patrullas con logos de la Guardia Civil -una división de la Policía estatal de Michoacán-, de acuerdo con testimonios que recabó el periodista.
Dentro del Ayuntamiento de Cotija estaban la alcaldesa Yolanda Sánchez y Leo Báez, su comisario de seguridad municipal. Cuando salieron, un uniformado les notificó que a partir de ese momento asumirían el control de la Policía, pero la alcaldesa se negó.
La crónica narra, a partir de testimonios de otros policías, cómo le entregaron a la edil un celular en donde un supuesto miembro del crimen organizado le repitió la orden. Con uso de la fuerza, todos los policías locales fueron desarmados y desalojados, y la alcaldesa recibió amenazas de muerte.
Un día después, el Ejército Mexicano recuperó la comandancia por medio de un operativo. Luego ocurrió otro hecho inédito…
José Alfredo Ortega, secretario de Seguridad Pública de Michoacán, destituyó a Leo Báez, comisario municipal de la alcaldesa, y entregó el mando de la corporación a dos uniformados. Sin embargo, días después los dos comandantes impuestos fueron removidos por violar la autonomía constitucional del Ayuntamiento.
Sobre el incidente del 3 de mayo, el secretario de Seguridad Pública michoacano se deslindó y aseguró que habían sido ex policías de la Guardia Civil.
¿Notan cómo la frontera entre autoridad y crimen organizado se desdibuja? Es como si estos episodios unidos -incluido el plagio de la alcaldesa- formaran un gran lienzo en donde los retazos del Estado y la delincuencia se confunden. Por eso asombran, pero sobre todo desconciertan.
El “desfile” de miembros armados de un cártel, en Chiapas, aplaudido por pobladores, registrado el mismo fin de semana en que plagiaron a la alcaldesa, es síntoma de esta doble erosión de ciudadanía y Gobierno que mancha grandes zonas del país.
La irrealidad alcanza tal nivel que ahora la normalidad resulta irónica. Hace tres meses, Cotija recibió la distinción de Pueblo Mágico por parte de la Secretaría de Turismo federal.
Negarse a entregar su policía municipal -¿al cártel, al narcoestado?- le costó la libertad a la alcaldesa y ojalá que nada más, y que pronto sea localizada.
jonathan.lomeli@informador.com.mx