Desilusión
Ante la situación política, económica y social que estamos viviendo en la actualidad, tanto nacional como mundialmente, lo único que surge desde lo más íntimo de cada ser es un sentir profundo de desilusión.
Las comunicaciones han avanzado vertiginosamente y las noticias se propagan con más velocidad que la luz, pero al abrir los periódicos nos encontramos que cosas que se nos habían hecho ver como perfectas estaban llenas de deterioro y lo que se nos presenta como lo mejor, tiene también sus lados oscuros…
Es necesario un cambio, es necesario que haya quien se anime a encender luces y a impulsar mejoras que verdaderamente optimicen nuestros ambientes y que emprendan un camino hacia lo bueno y lo mejor, y que, como decía el poeta, que sean “aves que cruzan el pantano sin mancharse”.
Ante esta situación urgente, propongo la pregunta: ¿QUIÉN DICE YO?
No es utopía imposible: hay muchas personas sinceras que viven sinceramente y con rectitud inquebrantable, y si nos sumamos y mientras todos y cada uno vamos viviendo lo bueno y dando lo mejor, es evidente que la corrupción desaparece y nacionalmente podemos surgir como ejemplo en un mundo que anhela lo mejor.