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Descifrando la discapacidad

En el opresivo y olvidado mundo que habitan las personas con algún tipo de discapacidad, existe una notable diferencia entre integración e inclusión, recurramos a un claro y sencillo ejemplo, por cierto de casos que ocurren frecuentemente: si a un joven con discapacidad se le rechaza en un centro escolar se está cometiendo un acto de la más pura y feroz DISCRIMINACIÓN, si al mismo chico se le admite pero no se le asigna personal especializado para su atención y rehabilitación se le está INTEGRANDO, si en cambio se le admite, se le asigna personal especializado y se le diseñan programas de rehabilitación adecuados a su discapacidad se le esta INCLUYENDO.

Es precisamente inclusión la que se lleva a cabo en la secundaria mixta U8 en la que por iniciativa de la organización Mexicanos Primero más el apoyo de la Secretaria de Educación de Jalisco se está llevando a cabo, con éxito, un programa de inclusión que consiste en la admisión de jóvenes, mujeres y hombres, que presentando algún tipo de discapacidad, sea síndrome down, discapacidad visual, auditiva, asperger, parálisis cerebral, y otras más son atendidos por un grupo de maestras(os) especializados en educación especial diseñándoles programas adecuados a su tipo de discapacidad.

El programa bajo el que llevan a cabo sus labores fue bautizado con el nombre de OTREDAD, respetuosamente anhelaría que la palabra “otredad” se cambiara por “igualdad” por decir alguna, la otredad da idea de separación, de diferencia, de cierta exclusión; en fin.
Las justas y oportunas tareas que llevan a cabo en el plantel arriba mencionado no deben convertirse en sólo un caso, en sólo una muestra, en un hecho aislado, confirma que se puede hacer justicia social a este colectivo históricamente ofendido y humillado, a través de programas de inclusión como el de la secundaria mixta U8.

La atención al colectivo de las personas con discapacidad no es un tema que deba discutirse, es un claro asunto de derechos humanos, de justicia, por 1o que no debe polemizarse, no se trata de contemplar se trata de actuar. Han sido las firmes convicciones del tema las que condujeron a los involucrados en el caso aludido a tomar de frente el asunto y proceder, no se contemplo, se actuó.

Los jóvenes afortunados que vienen siendo atendidos dan lugar a fenómenos humanitarios dignos de tomarse en cuenta, por un lado permiten mostrar la solidaridad de la institución escuela, de los alumnos regulares y de los maestros, con tal concurrencia evitan que los chicos beneficiados sigan viviendo con el corazón apretado por la soledad y la angustia.

Si bien es justo reconocer que se ayanza en el tema, la deuda histórica que se tiene con ellos es aún muy grande, sobre todo desde el punto de vista cuantitativo, se ha tomado demasiado tiempo para tomar decisiones firmes y convertirlas en obligadas leyes, quedan aun malas interpretaciones de la discapacidad que oscurecen su debida atención ya es tiempo que dejemos de lado las nubladas visiones que aun se tienen respecto a estos colectivos, no es tema de discusión la tarea a ejecutar para darles dignidad a todas estas que son personas antes que nada.

Qué pena que se tenga que destacar y agradecer lo que en rigor es deber y justicia. Recuerdo un proverbio chino que dice: “todo hombre será justo y honrado si mide sus derechos con la regla de sus deberes”.

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