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¿Descalabran con Piedra a Sheinbaum?

Luego de la bochornosa jornada en el Senado, que concluyó la madrugada de ayer con la dictadura de la aplanadora de Morena y aliados para imponer a Rosario Piedra Ibarra, la peor evaluada por las comisiones de la Cámara alta, otros cinco años al frente de la capturada Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la pregunta es si eso significa el primer descalabro político para la Presidenta Claudia Sheinbaum y la prueba de que el ex Presidente Andrés Manuel López Obrador sigue teniendo las riendas que marcan la ruta del País.

Muchos analistas daban por hecho, aún antes de la aplicación a rajatabla de la línea en el Senado para hacer que todos los senadores de Morena, PT y Verde votaran a favor de Piedra, como en los más rancios tiempos del PRI como partido único, que si se le ratificaba en la CNDH sería una clara derrota para Sheinbaum, ya que su presunta preferida era Nashieli Ramírez, quien había sido ombudsperson de la Ciudad de México, cuando ella fue la jefa de gobierno.

Yo tenía mis dudas que así fuera porque apenas el pasado 7 de noviembre en su rueda de prensa mañanera, la Presidenta defendió la inclusión de Piedra Ibarra en la terna, pese a todas las críticas que ya existían por aparecer ahí siendo que tuvo las más bajas calificaciones de las 13 aspirantes, por haber presentado una carta apócrifa de apoyo del Obispo Raúl Vera y por no haber conseguido un solo respaldo de organizaciones sociales defensoras de los Derechos Humanos, por su papel de sumisión e incondicionalidad al poder de la 4T que mantuvo los últimos cinco años.

Dijo Sheinbaum en aquella ocasión: “Rosario es, con su madre (Rosario Ibarra de Piedra), su familia, un símbolo en México de la lucha contra la represión, el autoritarismo, las desapariciones forzadas desde el Estado”, en clara justificación a su inclusión en la terna.

Por este posicionamiento pensé que la Presidenta estaría enterada de todas las triquiñuelas que orquestarían el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, y su coordinador, Adán Augusto López, para por ningún motivo permitir la instalación de una mampara para garantizar la secrecía del voto, y no permitir que ningún legislador o legisladora de sus bancadas (Morena, Verde y PT) pudieran votar en libertad, sobre todo como Javier Corral y otros que ya habían expresado estar en contra de apoyar a Piedra Ibarra, por impresentable. Pero la ruta que se impuso fue la de “a votar y callar” para asegurar sus 87 votos. La fidelidad de rebaño a toda prueba.

Sin embargo, la brevísima y cortante respuesta que dio Sheinbaum en la mañanera de ayer que se le preguntó de este tema, me hizo reconsiderar que Piedra Ibarra cuente con el aval presidencial y si desde la Cámara Alta le informaron o no de la decisión inobjetable de imponerla. “Es una decisión del Senado… y hasta ahí”, contestó seca y desafiante cuando se le preguntó por la ratificación de Piedra Ibarra.

Habrá que esperar, pues, los episodios y señales que vengan de la nomenclatura morenista y aliados para confirmar si este deslinde es la primera fisura en la 4T, entre quienes entonaron ayer las mañanitas a AMLO desde el Senado, y los más allegados a la Presidenta, que la quieren ver liberarse de los que desean el Maximato.

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