Ideas

Desarme mundial

“Homo lupus, lupus est”, alocución latina que sentencia que el hombre es lobo del hombre, que el peor enemigo del ser humano es el hombre mismo. Las muertes por guerras, revoluciones, narcotráfico y terrorismo son mayores que las provocadas por la peste, el coronavirus y las demás pandemias que han azotado a la humanidad a través de los siglos.

La agresividad del ser humano es parte de su naturaleza, los genes de maldad vienen incluidos en su cadena de ADN. Sólo se libran aquellas personas quienes, por su educación o su religión, han logrado desterrarlo de su conciencia.

Desde los primeros tiempos, la Biblia nos dice cómo Caín asesinó a su hermano Abel. Los primeros seres humanos o casi humanos, atacaban a sus semejantes para apropiarse de sus alimentos y mujeres. Se puede asegurar que no ha habido un solo día desde el momento de la creación tribal que no haya habido guerras.

Conociendo ese instinto salvaje es inconcebible que a estas alturas de la civilización, con la exploración del espacio y los descubrimientos tecnológicos de comunicación y realidad aumentada (5G), no se haya logrado controlar al ser humano para anular su agresividad.

Buena parte de los crímenes se comete utilizando toda clase de armamento bélico proveniente de las grandes fábricas que hacen un magnífico negocio. Las cinco empresas fabricantes de armas más grandes del mundo están en Estados Unidos, con ventas anuales de más de 150 mil millones de dólares. En 2017 los gobiernos mundiales destinaron 1.7 billones de dólares en gastos militares. Los esfuerzos que se han hecho para un desarme mundial se topan con los grandes intereses económicos de las fábricas de armamentos.

En 2018, la ONU propuso medidas para lograr el desarme mundial, algo que no se hacía desde 1932 que se celebró en Ginebra la Conferencia Mundial de Desarme que, por lo visto, desde entonces hasta la fecha no hay un solo día en el que, en alguna parte del planeta, haya una guerra o revolución.

Antonio Guterrez, secretario general de la ONU, en 2018 propuso un nuevo plan para el desarme mundial que va desde la supresión de las cabezas nucleares, hasta la regulación de armas pequeñas o las basadas en inteligencia artificial. Esta propuesta de desarme es para todos los países y todas las armas, desde granadas de mano hasta bombas de hidrógeno, pero no se trata el tema de eliminar las armas de fuego, portátiles o manuales.

Estados Unidos y Rusia firmaron un tratado (STAAR III) en el que se comprometieron a reducir su arsenal atómico que expira en 2021.

Desgraciadamente el cierre de las fábricas de armamentos no cambiaría los instintos criminales; sería necesario implementar un programa y emprender una campaña mundial como la del cambio climático, para concientizar al hombre. Sería necesario también que se plantearan programas de cambio de armas por celulares para acabar con las que hay en posesión de particulares.

Lo malo es no hacer nada y dejar que el hombre siga siendo su peor enemigo. Está lanzada la primera piedra.

Síguenos en

Temas

Sigue navegando