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Desaparecidos y corrupción policial, ahora en Zapopan

De cómo la infiltración delincuencial y la corrupción en las corporaciones policiales federales, estatales, pero sobre todo municipales, han agravado el problema de las desapariciones en Jalisco, he escrito aquí en repetidas ocasiones desde que este lastre se visibilizó como nunca en 2018 con la desaparición y muerte de los tres estudiantes de cine, Marco, Daniel y Salomón.

Con las sentencias a cinco policías de Atotonilco acusados de estar involucrados en casos de desapariciones forzadas en días recientes, y la liberación de otros cuatro elementos de la Comisaría de San Ignacio Cerro Gordo porque el juez consideró que el Ministerio Público no demostró su participación en otros raptos de personas, son ya el menos 50 los policías municipales, estatales y agentes de la Fiscalía que han sido detenidos por estar vinculados a casos de desaparición forzada en al menos 10 municipios del interior del Estado (Tecalitlán, Autlán, Colotlán, Encarnación de Díaz, Teocaltiche, Mezquitic, Casimiro Castillo y Acatic) y en dos de la Zona Metropolitana (Guadalajara y Tlaquepaque) en los últimos cuatro años.

A esta lista habrá que sumar a Zapopan, cuyas autoridades presumen que su Policía es una de las más sólidas y mejor pagadas del país. 

Y es que para preocupación de todos, ayer fue detenido cuando salía de las instalaciones de la Comisaría de Zapopan Maximino “V”, quien fungía como primer comandante del Sector 3, que comprende el área que delimitan la Avenida Moctezuma que inicia en Plaza del Sol, la Avenida López Mateos, y el Periférico hasta los límites con Tlaquepaque.

De acuerdo a reportes oficiales, este comandante patrullaba la Colonia El Colli el 20 de mayo pasado cuando familiares de un joven que acababan de levantar le pidieron auxilio. Maximino “V” habría logrado la captura de los raptores pero, inexplicablemente, los habría dejado huir con todo y el joven privado ilegalmente de su libertad, según acusan los familiares de la víctima.

Esta irregular liberación habría sido videograbada por los agraviados y fue un indicio clave para que la Fiscalía Especial en Personas Desaparecidas cumplimentara ayer esta orden de aprehensión por el delito de abuso de autoridad. Se presume que un mando superior habría ordenado a Maximino “V” reportar como negativo el servicio para dejar ir a los raptores, por lo que habrá que ver si el detenido, que enfrentará este proceso jurídico en libertad, confirma esa versión y se comprueba y acredita su culpabilidad.

De ser así se tendría una prueba irrefutable más de que la erradicación del principal problema de inseguridad en Jalisco, como son las desapariciones, pasa también por el añejo anhelo de la depuración policial, que está lejos de alcanzarse, y la infiltración delincuencial en las corporaciones federales, estatales y municipales se sigue dando, pese a los miles de millones de pesos que se han invertido en las pruebas de control y confianza desde hace más de una década que iniciaron en el sexenio del panista Felipe Calderón, quien paradójicamente hoy está en el ojo de huracán porque su secretario de Seguridad, Genaro García Luna, fue condenado en Estados Unidos por proteger al cártel de Sinaloa.

jbarrera4r@gmail.com
 

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