Desaparecidos, volver a empezar
Cada ciclo de gobierno, se renuevan las expectativas y las esperanzas de que esta nueva administración sí haga bien su trabajo, sí cumpla sus promesas, sí de resultados y haga todo lo posible para que todos tengan una vida digna. Y lo más común es que esas expectativas no se cumplan y las esperanzas sean traicionadas. Estamos justo en esta transición: la valoración de un gobierno que prometió ser distinto y no cumplió y un nuevo gobierno que llega y promete cambiar las cosas y sí cumplir sus compromisos.
Quizá no haya un mejor ejemplo para valorar estos ciclos que la crisis por desaparición de personas que aqueja a la sociedad jalisciense. Al llegar al gobierno en diciembre de 2018, Enrique Alfaro Ramírez hizo un duro diagnóstico del gobierno anterior encabezado por el priista Aristóteles Sandoval Díaz en materia de desaparecidos. Llegó al gobierno a fines de 2018 pero fue hasta el 20 de marzo que presentó públicamente la “estrategia integral para la atención a víctimas de desaparición”, donde admitió que el problema era mucho más grande que el que se admitía en el gobierno anterior. En presencia de los colectivos Fundej y Por Amor a Ellos, Alfaro informó que a esa fecha existían 7,117 personas desaparecidas con denuncias presentadas ante la Fiscalía. “Esta es la verdad, estos son los números que están a partir del día de hoy a disposición del pueblo de Jalisco” y anunció que en días después se presentaría el Sistema de Información sobre Víctimas de Desaparición.
El gobernante que recién iniciaba su gobierno dijo que asumiría el problema de la desaparición de personas a partir de “dos principios”. El primero, “hablar con la verdad, el tema de desaparecidos no va a volver a ser un secreto, no va a volver a ser un tema escondido por el gobierno, va a ser un tema visible y va a ser un tema que estará al centro de la agenda pública. Y segundo, me comprometí a actuar con un alto sentido de responsabilidad, escuchar a las familias y a la sociedad civil, buscar el apoyo de especialistas, como aquí se dijo, no solamente locales, sino nacionales e internacionales”, dijo entonces.
A estos compromisos añadió una promesa: “no voy a delegar esa responsabilidad a nadie, será mi responsabilidad articular el trabajo” de la Fiscalía Especializada, y las otras agendas encargadas de búsqueda, identificación y atención a víctimas.
Seis años después se puede afirmar que como gobernador, Enrique Alfaro no cumplió con los principios y compromisos que hizo en público en marzo de 2019. Para empezar, no cumplió con su promesa de no delegar, dejó de atender a los colectivos de familias organizadas y manipuló o francamente alteró las cifras de personas ausentes forzadas en Jalisco. Apenas ayer el investigador de la UdeG, Jorge Ramírez Plascencia, publicó en su cuenta de Twitter la inexplicable cifra de 130 desaparecidos en noviembre pasado cuando el promedio del sexenio era de más del doble. Y hay qué recordar también que el Gobierno de Alfaro dejó de reportar las cifras estatales al registro que maneja el gobierno federal desde marzo de 2022.
Por cierto, en el evento citado del 20 de marzo de 2019 celebrado en el Instituto Cabañas, estuvo el entonces subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas, y la Comisionada Nacional de Búsqueda, Karla Quintana. Encinas dijo en ese acto: “es un compromiso para ir a fondo, para frenar y revertir esta situación, e ir generando las condiciones para conocer la verdad, para hacer justicia, para reparar el daño y garantizar la no repetición”. Nada de esto tampoco cumplió el gobierno federal.
Ahora volvemos a empezar con este problema, quizá el mayor desafío social y político que existe en Jalisco. El gobernador entrante Pablo Lemus Navarro se reunió el lunes con los colectivos de personas desaparecidas en Jalisco. Ahora no fueron dos sino una docena de colectivos. Y las madres y representantes de las familias buscadoras escucharon palabras semejantes a las de hace seis años. Quizá con el matiz de que Pablo Lemus admite la magnitud del problema. Dijo que para enfrentarlo había que admitirlo y él admitía la crisis por desaparición de personas. Las madres y representantes de los colectivos escucharon esperanzados ese discurso. El nuevo mandatario y el nuevo gobierno no pueden volver a fallarle a las familias buscadoras. Pueden pero no deben traicionar sus palabras y sus compromisos adquiridos de frente a las madres-hermanas-esposas buscadoras.
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