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Desaparecer el INAI, caminar en reversa

Recientemente el Presidente manifestó su intención de desaparecer los Organismos Constitucionales Autónomos, incluyendo al instituto garante del derecho de acceso a la información pública de nuestro país: el Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI). Este Instituto, que recién fue reformado y fortalecido en sus atribuciones en 2014, además de ser encargado de proteger el derecho constitucional de acceso a la información y proteger los datos personales de los ciudadanos, tiene por objetivo limitar los excesos y concentración del poder público, además de ser un actor clave para desenmascarar actos de corrupción gubernamental en los últimos años.

Por su autonomía constitucional e imparcialidad en el ejercicio de sus funciones, el INAI ha sido aliado no sólo de los activistas en materia de transparencia, sino de la ciudadanía en su conjunto, al ser la autoridad que ha ayudado a evidenciar aquellas cosas que incomodan a los gobiernos corruptos y les gustaría mantener en secrecía.

Para muestra de lo incómodo que puede ser este organismo, en los últimos años el INAI instruyó a distintas dependencias del gobierno federal dar a conocer información relacionada con la Casa Blanca de la ex-primera dama, el caso Odebrecht y la Estafa Maestra, información que en su momento las dependencias negaron poseer o declararon inexistente.

Parecería contradictorio que este gobierno que hizo del combate a la corrupción su bandera, que condenó de manera enfática la opacidad y el encubrimiento en sexenios anteriores, quiera ahora desarticular la institución que precisamente observa estas irregularidades en el gobierno. Pero bien dicen que es mucho más fácil ver la paja en el ojo ajeno. Durante este sexenio, el INAI ha tenido que observar a varias dependencias federales sus omisiones en materia de rendición de cuentas, ya que, tan solo en el primer año de gestión efectuaron 14 mil 801 declaraciones de inexistencia de información (un número mucho mayor al de las dos administraciones anteriores).

La reserva de la información del operativo contra Ovidio Guzmán, del aeropuerto de Santa Lucía y el Tren Maya, compra de vacunas COVID-19, entre otros temas, es información pública que han preferido ocultar, por otro lado, gracias a la transparencia se detuvieron contratos de compras de ventiladores con sobreprecio y conocimos los gastos millonarios para comprar y remodelar estadios de béisbol, así como contratos con personas y empresarios que son aliados intocables del Presidente.

Desaparecer al INAI representa un grave atentado y una violación a los derechos humanos, es dar un paso hacia atrás en la democracia de México, la suposición de que el INAI es un gasto innecesario del presupuesto es equívoca, pues es una herramienta de gran utilidad que ha debelado redes importantes corrupción, por su beneficio, el presidente debería ser el principal aliado de los Órganos Constitucionales Autónomos, si de verdad es auténtico su interés por combatir la corrupción.

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