Desalentadoras señales en la Corte
Si a principios del 2023 hablábamos de las señales alentadoras que se emitieron desde la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) con la elección de la ministra Norma Lucía Piña Pérez como la primera mujer presidenta del Poder Judicial de la Federación, pese a los abiertos intentos injerencistas que se hicieron desde el Gobierno de la 4T, este año inicia con preocupantes riesgos de que la Corte sea capturada en 2024 por el Poder Ejecutivo.
Las malas noticias para el tema de la independencia de los poderes del Estado Mexicano vinieron desde que en noviembre pasado renunció el ministro ex presidente de la Corte, Arturo Zaldívar, para incorporarse al equipo de la candidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum, y le regaló a Andrés Manuel López Obrador la oportunidad de convertirse en el único Presidente de la historia reciente del país en proponer a 5 de los actuales 11 ministros y ministras de la SCJN.
El nombramiento más reciente y que se dio de manera directa por López Obrador luego de que en el Senado ninguna de las candidatas incluidas en las dos ternas que envió, alcanzó la mayoría. En las dos figuraba Lenia Batres, quien pese a su nula trayectoria y experiencia judicial fue la que eligió para ocupar el lugar de Zaldívar.
Desde su discurso de toma de posesión la semana pasada, Batres ratificó su cercanía con la 4T al replicar las críticas del Presidente todo el año pasado contra la Corte y demandar después que su salario sea reducido para que esté por debajo del sueldo presidencial y se le inscribiera en el ISSSTE y no en los seguros privados de gastos médicos que contratan para las y los ministros.
Así se consumó la provocación del Presidente y su clara intención de hacerse si no de una Corte a modo, sí de una que no pueda revertir sus reformas constitucionales como le ha sucedido.
Con la llegada de Batres, son ya tres las magistradas incondicionales al Presidente y a la 4T, si revisamos el sentido de las votaciones de Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz, propuestas también por López Obrador.
Lo preocupante es que este año vendrá otro relevo en la Corte que le tocará nombrar a quien gane las elecciones presidenciales de este año. De refrendar Morena y aliados el triunfo electoral, la 4T tendría el cuarto voto que rompe el peso definitorio en las votaciones de los otros ocho ministros y ministras.
Así, el 2024 abre con el grave riesgo de que la SCJN pierda su papel de contrapeso al Poder Ejecutivo y dique ante las tentaciones de gobiernos autoritarios como las que asomaron y se han mantenido a lo largo del actual sexenio lopezobradorista.