Derechos Humanos, el peor escenario
Con la imposición de Morena y aliados de la desaprobada Rosario Piedra Ibarra otros cinco años en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), y las reformas que dan facultades de investigación a policías federales y a elementos de la Guardia Nacional, así como la ampliación del catálogo de delitos en los que se puede imponer la prisión preventiva oficiosa, se alinean las condiciones que ponen ante nosotros un negro panorama en el tema de la defensa de los derechos humanos para los mexicanos.
De entrada, aunque en el periodo de Piedra Ibarra (2019-2024, con corte a septiembre) la CNDH duplicó el número de recomendaciones emitidas en relación con la gestión anterior de Luis Raúl González Pérez (2014-2019), al pasar de 423 a 1,180 recomendaciones, cuando se trataba de denuncias contra presuntos abusos de las fuerzas armadas o de la Guardia Nacional, estas muy pocas veces transitaban porque no se les daba seguimiento.
De acuerdo con cifras del documento “CNDH: Balance de su debilitamiento institucional durante la gestión 2019-2024”, realizado por el Centro ProDH, la Guardia Nacional acumuló 1,816 quejas entre 2020 y 2023, y la CNDH sólo emitió 13 recomendaciones contra esa corporación policial creada en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador con la promesa de que siempre tendría un mando civil, pero que terminó, vía el Plan C, pasando a manos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en la Legislatura que inició en septiembre con mayoría calificada de Morena y aliados, tanto en la Cámara baja como en la alta.
En ese mismo periodo, el Ejército Mexicano recibió 1,664 quejas que se convirtieron en apenas 26 recomendaciones, lo que deja claro el carácter casi intocable de las fuerzas castrenses en la CNDH de Piedra Ibarra.
No es descabellado pensar, por estos números, que más que el expresidente López Obrador haya movido los hilos desde su rancho en Palenque, como coincidió mayoritariamente la comentocracia, quienes bien pudieron hacer gestiones y desplegar presiones tanto en Palacio Nacional como en el Senado de la República fueron justamente la nomenclatura militar.
Son, sin duda, las fuerzas castrenses a las que mejor les viene un periodo más de Piedra Ibarra en la CNDH, en detrimento de los ciudadanos que eventualmente sufran algún abuso o exceso de poder de estas corporaciones castrenses.
Con estos antecedentes de la primera gestión de Piedra Ibarra, muy poco se puede esperar también de la CNDH ante excesos de policías federales o militares de la Guardia Nacional al desplegar sus nuevas facultades de investigación, con un catálogo ampliado de delitos que ameritan la prisión preventiva oficiosa, luego de la reforma al artículo 19 constitucional, promovida también por la aplanadora morenista.