Democracia o autocracia
Con el cambio de mando del PRI al PAN, México dio un paso hacia la democracia. En 2012 al recuperar el poder el PRI se prosiguió por el camino a la democracia; se continuó con el cambio en 2018 al pasar el mando a un partido nuevo que ofrecía la oportunidad de combatir a la delincuencia, disminuir el narco tráfico, bajar los sueldos y prestaciones de los funcionarios de alto nivel y, sobre todo, abatir la pobreza. Ante este panorama tan prometedor, la votación se volcó en favor de Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Desde la época de Sócrates se conocieron los peligros de la democracia al castigar con el ostracismo (voto utilizando conchas de ostras), que consistía en desterrar a personas a las que se condenaba por haber cometido un delito grave. A Sócrates lo acusaron de corromper a los jóvenes y le aplicaron el ostracismo.
En nuestros tiempos no contamos con práctica tan singular y aún no se aprueba la revocación de mandato, por lo que los errores de la democracia no son fáciles e corregir. Tenemos el temor fundado de que nos equivocamos al elegir como presidente a un candidato cuyo curriculum y antecedentes políticos dejan mucho que desear; que no obstante haber dado muestras de atropellos a los más elementales derechos del individuo al cerrar durante tres meses el Paseo de la Reforma en la Ciudad de México y haber gobernado la capital del país con resultados mediocres, entre otros atropellos.
A menos de dos meses de iniciado su mandato AMLO, se presenta la primera crisis con el desabasto de combustible, que no ha podido resolver en más de tres semanas. Estamos conscientes del combate a la delincuencia organizada que tenía en su poder a la empresa emblema de México, PEMEX, pero en mucho depende la rapidez con que se resuelva el problema para no retirarle el voto de confianza a nuestro presidente.
El temor que tenemos es por el enorme poder que se le ha otorgado con el control mayoritario en el Congreso y la intención manifiesta de meter la mano en el Poder Judicial.
Las decisiones unilaterales que ha tomado AMLO, como suspender el aeropuerto de Texcoco, construir un ferrocarril en el Sureste, cambiar la sede de las Secretarías, y constituir una guardia nacional, entre otras, nos conmina a pensar que se está configurando un gobierno autócrata; entendiendo como democracia al gobierno de muchos y autocracia al gobierno de un solo hombre.
En América Latina tenemos varios ejemplos de gobiernos autócratas, en Argentina, Chile, Perú, Venezuela y Brasil y los resultados han sido desastrosos.