Ideas

Demagogia y cambio climático

Albert Camus escribió en El hombre rebelde que es más fácil amar a la humanidad en general que al prójimo en particular. Criticaba la doble moral de quienes se conmueven ante los grandes problemas sin atender con modestia lo que está en sus manos transformar. 

Algo parecido ocurre cuando los gobiernos usan el discurso del combate al cambio climático como bandera política. 

Los anglosajones usan un término que explica mejor a qué me refiero: el green whashing (lavado de imagen verde, podría traducirse). Consiste en la práctica de algunas empresas al presentar sus empaques y productos como sustentables y amigables con el medio ambiente sin serlo. Sólo venden una idea verde, tranquilizan la buena conciencia del consumidor y potencian sus ventas. 

La semana pasada se realizó la cumbre climática COP26 en Glasgow, Inglaterra. El gobierno de Jalisco envió a tres altos funcionarios para representar al Estado. Esto bastó para saturar de discursos verdes los canales oficiales, las redes sociales del gobernador y de los “embajadores” jaliscienses en Reino Unido. 

Fotos, firmas de acuerdos y un premio. La Organización de las Naciones Unidas para el Cambio Climático entregó a Jalisco un galardón en la categoría Líderes Climáticos por su Plan de Acción Climática del Área Metropolitana de Guadalajara (PACmetro). El extenso ejercicio diagnóstico y de planeación -más de 800 páginas- resulta valioso por sus iniciativas. En su índice, sorprenden apartados del tipo: “Una metrópoli carbono neutral basada en la gestión integral de los residuos, la movilidad masiva y no motorizada”. 

Primero subrayemos que el premio reconoce las iniciativas, ambiciosas como otros instrumentos y planes incumplidos y aplazados, pero no distingue a Jalisco por sus resultados o acciones para reducir las emisiones de carbono. 

Lo más sencillo es plantear metas para 2050 cuando nadie recordará a los tres funcionarios que recibieron un meritorio premio por un gran plan de acción climática. 

Mientras tanto, en Guadalajara incumplimos con la separación de basura a la que obliga hace años la Ley de Gestión Integral de Residuos del Estado. No hemos definido la ubicación definitiva de un vertedero para depositar nuestros residuos urbanos. No hemos consolidado el sistema de verificación vehicular que llegó tarde en el sexenio. El Bosque de La Primavera pierde cada año terreno por la voracidad inmobiliaria y los incendios. Tenemos el río más contaminado de México y los legisladores locales sepultaron la única iniciativa para gravar a empresas contaminantes, anunciada con bombo y platillo por el gobernador hace más de un año. 

La lista de pendientes particulares se alarga ante una crisis climática real: en las últimas tres décadas aumentó 1.4 grados la temperatura en la Entidad. 

Parafraseo a Camus: es más fácil fijar compromisos y firmar acuerdos internacionales para combatir la crisis climática en general que enfrentar los problemas locales en particular. La crítica abarca a todos los gobiernos. 

El eco blanqueo está de moda, pero sólo como otra forma de demagogia. 

Síguenos en

Temas

Sigue navegando