Ideas

Delirio de persecución

El Presidente dedicó ayer 42 minutos (!) de la mañanera a Carlos Loret de Mola, esto es, casi la tercera parte de su conferencia. 

Cada día se muestra más empeñado en sepultar el tema del ostentoso estilo de vida de su hijo Ramón López Beltrán, pero sólo consigue lo contrario y se muestra más contrariado e irritable. El Presidente, dueño de una refinada ironía para responder a sus críticos, ya no está disfrutando lo que podría ser un punto de inflexión en su gobierno. 

Su defensa se basa en premisas insostenibles: la petición de transparencia a particulares, el demérito a la labor periodística y su historicismo en donde él encarna a un nuevo Madero en pugna contra los conservadores. 

Su demanda de transparencia es proporcional a su opacidad. Resulta inaudito que AMLO exija a Loret de Mola, López Dóriga o Aguilar Camín que informen sus ingresos y empleadores, cuando se trata de información confidencial de particulares. Sin embargo, sorprende que el Presidente no pida lo mismo a su hijo Ramón López Beltrán. Por otra parte, el dinero que los gobiernos pagan a los medios es información pública. Lo que cada medio paga a sus periodistas es información confidencial. 

El Presidente añade que los medios, como concesionarios públicos, deben transparentar sus intereses e ingresos porque «mucha gente puede ser susceptible de manipulación». El mundo al revés: ¿Y si mejor López Beltrán transparenta sus intereses e ingresos para despejar cualquier sospecha de manipulación presidencial del caso? 

El Presidente reprueba que Loret de Mola gane 10 veces más que él. Si el salario es el rasero de la calidad moral, hay que añadir que los 167 mil pesos mensuales que cobra el Presidente (con todo y que se redujo el sueldo), lo ubica en una élite por ingreso salarial en México, aglutinada en el 1% de la población. 

Este escándalo cumple ya dos semanas y apunta a que continuará por más tiempo. A diferencia de otros momentos de crisis, AMLO denota un delirio de persecución en donde la lógica y la coherencia se alejan cada vez más en una franca ruptura con la realidad.  

El Arte de la Guerra de Sun Tzu, el tratado más antiguo sobre la ciencia militar (de hace 2,500 años), abre con esta sentencia: «La obsesión por la victoria es un estado del alma que favorece al oponente». Hasta ahora, AMLO se ha empeñado en fortalecer a su oponente, ¿pues de qué huye?

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