Del dengue al coronavirus
No nos acabamos de reponer de la peor epidemia de dengue en la historia de Jalisco ocurrida el año pasado, cuando ya nos amenaza la llegada del coronavirus al país.
Primero fue en la Ciudad de México y en Culiacán el viernes pasado y el fin de semana se sumó otro caso en Torreón, lo que nos hace, obligadamente, estar en alerta en Jalisco.
Más aun porque, como decíamos, en 2019 no nos fue nada bien por haber pasado a la historia como la entidad con el mayor número de casos de dengue y decenas de defunciones, que saturaron los espacios de atención de nuestros sistemas de salud municipal (cruces verdes), estatal (hospitales civiles y clínicas estatales), y federal (IMSS e Issste).
Cuando pensábamos que la crisis había quedado atrás, la semana pasada las autoridades sanitarias locales reconocieron que los casos de este padecimiento registraron al menos un aumento del 20 por ciento en el arranque del 2020.
Desde luego los datos son preocupantes, pero al menos parece ser que el gobierno estatal aprendió de la costosa lección del año pasado, y está decidido a corregir las omisiones y tardanzas en las que incurrieron en su llegada al gobierno y que degeneró en la propagación como nunca de registros de dengue en Jalisco al superar los 12 mil casos.
Sin duda es una buena noticia que la semana pasada hayan anunciado su plan estratégico para enfrentar el dengue, en el que incluyen toda una serie de medidas preventivas y fumigaciones que viene mucho más oportuno que el 2019 que se reaccionó demasiado tarde con las consecuencias en la salud y en la economía de miles de familias por los tratamientos médicos como todos ya sabemos.
Con el dengue sin resolver, y los casos de influenza al alza, la llegada del covid 19 a México debe obligar a las autoridades sanitarias de los tres niveles de gobierno a coordinarse y conjuntar esfuerzos para que el desastre que fue el dengue el año pasado no se repita con este nuevo virus.
Se debe hacer un esfuerzo extraordinario para que, ahora sí, los operadores de los sistemas de salud federal, estatal y municipal, estén a la altura de la exigencia para prevenir y atender una eventual pandemia.
La llegada del coronavirus a México será entonces una prueba de fuego para la aún nebulosa operación del llamado Insabi (Instituto de Salud para el Bienestar) creado en sustitución del Seguro Popular que inició en medio de improvisaciones, desinformación y caos en el país, y los términos del accidentado convenio de no adhesión a ese nuevo sistema de salud que decidió el gobierno de Jalisco.
En la forma de enfrentar la llegada de este flagelo sanitario a Jalisco y los resultados, será lo que nos determine si es funcional o no, más allá de la retórica de los gobiernos transformadores y refundacionales. Veremos.
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