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Del Toro contra Lemus: ¿y la seguridad?

En un tema tan grave como el de la seguridad, la coordinación e inteligencia entre las autoridades siempre es indispensable. El país entero ya fue testigo del error garrafal ocurrido el pasado jueves 17 de octubre en Culiacán, Sinaloa, con las consecuencias negativas que todavía no acaban de medirse. Por eso es más sorprendente la declaración lanzada por el presidente municipal de Guadalajara, Ismael del Toro Castro.

“Pues sí me parece una imprudencia de parte del alcalde Pablo Lemus, que queriendo meter tal vez alguna motivación política o alguna desesperación de la circunstancia que está viviendo su municipio, a lo mejor hasta entorpezca la investigación que lleva a cabo la Fiscalía, en este proceso para poder dar con los responsables”.

¿De qué habla el alcalde tapatío?

El sábado pasado, dos días después del fiasco de Culiacán, se refirió a su homólogo de Zapopan y literalmente lo regañó frente a cámaras y micrófonos por haber confirmado que en un nuevo edificio habitacional construido en la Colonia Providencia, cinco personas fueron asesinadas y desmembradas, para después dejar sus restos en un predio de Tonalá.

El tema encierra mucho más que un juicio de valor sobre una declaración pública.

La zona de Providencia está asentada tanto en Zapopan como en Guadalajara, y desde hace años está catalogada como una de las áreas con mayor incidencia de delitos, tanto patrimoniales como de alto impacto: asaltos a casa habitación, robo de vehículos, robo de autopartes, asaltos conejeros, asesinatos con violencia en calles y dentro de habitaciones, son los delitos con los que se ha construido una narrativa lamentable para un conglomerado de colonias que pese a todo, conserva plusvalía y un atractivo singular, igual como espacio habitacional que como asentamiento de restaurantes y bares.

Providencia “es una zona caliente”, así lo consideran en la Fiscalía de Jalisco.

¿Por qué entonces el enojo del presidente de Guadalajara para con su homólogo de Zapopan? Al declarar públicamente Pablo Lemus que cinco personas habían sido asesinadas, ¿rompió con un código no escrito, un acuerdo de secrecía entre alcaldes?

Es cuando menos extraño lo que afirma el primer edil de Guadalajara. ¿Cuál es la motivación política que puede haber impulsado a Lemus Navarro a declarar lo que ya estaba en conocimiento de la Fiscalía?

¿Desesperación por la circunstancia que está viviendo su municipio? Si se revisan las estadísticas sobre incidencia delictiva, existen rubros en los que Guadalajara está en peor posición que Zapopan, pero a final de cuentas, ninguno de los dos municipios está en posición de presumir su situación de seguridad, y menos a costa del otro.

Este día hay un nuevo encuentro para la revisión en materia de coordinación de seguridad entre los presidentes municipales de los municipios conurbados. Justo en el afán de coordinarse, Del Toro y Lemus deben acordar un discurso y acciones unificadas, en bien de Providencia y de todos los gobernados.

Para el alcalde de Zapopan, no hubo ningún error. Su consideración es que debe haber transparencia en la información sobre los sucesos de inseguridad. Y está en lo cierto.

No puede perderse de vista que tanto Lemus como Del Toro se dirigen a un choque por sus proyectos políticos. El proceso electoral 2021 está cada vez más cerca y las fricciones serán constantes.

Pero la inseguridad no debe ser un botín de campaña.

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