Debate para olvidar
¿Quién ganó el segundo debate por Jalisco? El a-bu-rri-mien-to.
Predominó la evasión de respuestas y un bajón en la cantidad de ataques, pero también de propuestas.
La mejor puntada fue de Carlos Lomelí quien respondió a las acusaciones de Enrique Alfaro también con un expediente digital: “Nada más que no me cupo en un USB, por eso traigo el disco duro”.
Los argumentos del doctor, como disco rayado, se basaron otra vez en esgrimir, a la menor provocación, el nombre de Andrés Manuel López Obrador.
El proceso mimético es tal que ya nos preocupa que al rato no distinga entre él y el candidato presidencial.
Por otra parte, nos sorprendió un Alfaro “chistoretín” que citó a Juan Gabriel y a Paquita la del Barrio para referirse a Castro y Lomelí.
“Ser muy bueno es su virtud”, dijo sobre el priista y dejó clara su antipatía por Lomelí que, confesó, le recuerda varias canciones de Paquita -¿Cheque en Blanco o Rata de Dos patas? Es pregunta con chanfle-.
“No es amenaza”, dijo sobre el doctor, pero pronto “conocerá su realidad”. Ajúa.
El candidato del Verde, Salvador Cosío, ahora sí “expropió” la verdad y en el debate estuvo lleno de razón. Primero criticó como una “irresponsabilidad” que se debatiera de salud, cultura y deporte cuando el tema que importa en este momento es la seguridad.
Y en sus conclusiones reveló aquello que todos atestiguamos: no se trató de un debate sino de un panel si acaso.
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Bajita la mano, la Fiscalía Anticorrupción de Jalisco ya tiene su plantilla inicial que incluye tres ministerios públicos con un salario de 49 mil pesos mensuales cada uno.
Nada más que en el escalafón, los MP’s ganarán menos que el secretario particular del fiscal (50 mil) o los directores de área (56 mil). ¿No debería ser al revés? El argumento de Gerardo de la Cruz es que eso fue lo que decidió la Sepaf y él no tuvo nada que ver.
Habrá que preguntarle al Gobierno de Jalisco. ¿Quién tabuló los sueldos de la nueva Fiscalía Anticorrupción?