De pleitos asesinos, aunque fraternales y otras memorias
Cómo ven a estos tribunos, diputados y senadores: por una parte, nuestro padre conscripto don Adán Augusto, que no sé cómo se apellida, pero que es paisano y muy, pero muy cuaderno de nuestro amado presidento Andrés Manuel, y, por la otra, el diputado don Ricardo Monreal, señor de Zacatecas y de una colonia que perdimos contra Alessandra Rojo de la Vega, en que la hija de Monreal perdió -aunque yo creo que el INE eligió con base en las bellezas físicas sin tomar en cuenta las morales-. Pues los dos legisladores, para superar que la chica Monreal no ganó y tuvimos que ocuparla en otras actividades, tomando en cuenta que la casa es fuerte para algún galán que aspire a su zacatecana mano.
Pues ambos legisladores, que hay que advertir que se quieren con amor fraternal, no exento de cierto cordial sabor al hermano Caín, se dedicaron a jugar a las declaraciones sobre ciertas sumas de dinero de no muy clara explicación en los presupuestos, juegos que se dan no por el afán de pelearse, sino por ese camino de colaboración entre ellos.
Los medios conservadores, con la maldad que les es característica y que han demostrado al hacerse aliados de los perversos tlaxcaltecas, haber viajado con Pomuceno -hijo de un arremangón de sotana que se dio don José María Morelos y Pavón- y que fueron a Miramar trayéndose a gobernar a un emperador de cuyo nombre no quiero acordarme y dejando allá el penacho de Moctezuma, que tanto ha pedido la señora Beatriz y no le han hecho caso; pero ahora que está en Londres con un hijo que tienen, que no sé por qué lo ignoran o, cuando menos, no lo lucen igual que lucen al muchachazo casado con rica en Houston o al otro, que ya tiene un hueso importante por méritos propios, no por nepotismo en el partido de su papi, y, además, no apoyaron a los equipos de Jalisco en la liguilla del fut, pues estos medios, con absoluta desfachatez, aseguraron que las afirmaciones de los legisladores las habían hecho como si esto fuera un pleito entre ellos, lo que es una falsedad que no tiene madre, aunque la madre fuera mayor.
No fueron al extranjero por la respuesta; nuestra presidenta, que estaba en un pleito a cachetadas que trae con Donald Trump por las hociconadas que este andaba echando, le dijo: “Pérate, wey”, y la presidenta doctora y científica doña Claudia Sheinbaum Pardo se lanzó a aclararles que no nada más no ha habido ni habrá jamás un pleito entre Adán y Ricardo, ni puede haberlo entre dos sujetos que, como ellos, se aman profundamente como hermanos, hijos de ella misma, aunque ninguno tenga finta de búlgaro. Por lo tanto, los citó en Palacio Nacional para borrar cualquier duda que pudiera haber habido, y, como buenos hermanos que son, declararon que no hay pex y se dieron un beso como prueba de amor.
@enrigue_zuloaga