De oposición a secta anti-AMLO
La oposición se convirtió en una secta Anti-AMLO. Un opositor critica, debate y eventualmente transige; una secta, en cambio, rechaza por dogma. Entre ambos hay la misma distancia que entre un político profesional y un predicador anunciante de Satán.
En este sexenio ha habido debates pobres, pobres debates y el debate sobre la creación del Fondo de Pensiones para el Bienestar. Producto de una iniciativa presidencial avalada esta semana, ejemplifica cómo el camino al infierno opositor está pavimentado de discusiones chafas.
La reforma propone crear un fondo de 40 mil MDP con los ahorros para el retiro de las cuentas inactivas de trabajadores de más de 70 años. Ojo: si estás activo, sin importar tu edad, o tienes menos de 70 años, tu dinero no se toca.
La reforma aclara que si el trabajador, una vez que su ahorro migró al Fondo de Pensiones para el Bienestar, desea reclamarlo, se le deberá entregar porque ese derecho a su dinero es imprescriptible.
Ahora, con esos 40 mil MDP se creará el fondo semilla para garantizar una pensión digna equivalente al 100% de su último salario para trabajadores que ganan menos de 16 mil 777 pesos al mes, el sueldo promedio en el IMSS (hoy se pensionan con el 40% de su sueldo).
Esto beneficia a 7 de cada 10 trabajadores formales en el país que ganan entre uno y dos salarios mínimos. ¿Quién en sus cinco sentidos estaría en contra de esto? Todavía es necesaria una reforma constitucional, pero se dio el primer paso.
El PRIAN votó en contra con una campaña de desinformación porque iban a “expropiar los recursos de las Afores”, estaban “robándole su dinero a los pobres” y urgió a “correr por tu dinero porque está en riesgo”. Todo eso dijeron los diputados el día de la votación.
Los medios tampoco ayudamos mucho. Sólo consignar la parte y contraparte de un debate político, de manera acrítica, es insuficiente. Nada más refuerza sesgos y prejuicios de cada bando. Peor si la cobertura favorece a la oposición. Sólo reproduce sus vicios y alarmas.
Hay excepciones, medios que contrastan y analizan, pero son los menos. El debate apocalíptico se extendió esta semana a otras reformas como la Ley de Amnistía y la Ley de Amparo. ¿Quién miente? Ante posturas doctrinarias es imposible comprender y debatir.
Los legisladores del PRIAN pudieron apoyar una pensión digna, el tema de fondo, pero exigir mecanismos de control y rendición de cuentas, así como reglas claras para el uso de ese dinero. Esa es una preocupación auténtica cuando se trata de los morenos.
En su lugar eligieron el amarillismo parlamentario y el anuncio de La Bestia como estrategia argumentativa. Sólo han conseguido una derrota política más que los tiene en vías de extinción y convertidos en una secta dentro de un país al que le urge una oposición a la altura.
jonathan.lomeli@informador.com.mx