De las alcancías a la app ratera
Hay una nueva moda gubernamental que promueve programas y acciones de Gobierno como un favor que los políticos nos hacen con nuestros impuestos. Para fines didácticos, si traducimos esa manía del poder a unos sencillos versos de hip hop, quedaría de la siguiente manera (léase a ritmo de El Morro): esto no te cuesta/ pero tú pagas la cuenta/ aquí puro negocio, socio/ nomás pa que aprendas.
Esta semana, la Secretaría de Transporte de Jalisco (Setran) anunció la “buena noticia” de que ahora los usuarios del transporte público podrán recargar su tarjeta de prepago (Mi Movilidad y Mi Pasaje) desde su celular.
Sin embargo, la Setran aclaró que negoció con la empresa capitalina Sfinx, desarrolladora de la app Mi Saldo que permite las recargas, para que la transacción “no implique ningún cargo al erario, sino que la app descontará al usuario una mínima comisión”.
Perdón la ignorancia, pero si el erario se compone de mi dinero y yo pago la comisión con mi dinero, ¿qué favor me hacen?
En el fondo subyace esa misma lógica de humor involuntario y extravío para distinguir lo público de lo privado (o tus bolsillos de mis bolsillos), que los lleva a asegurar que el gobernador congelará cueste lo que cueste la tarifa del transporte… con el dinero de las personas.
A través de Mi Saldo, la empresa Sfinx acepta tres tipos de recargas. Entre menor el monto, mayor la comisión. Por recargar 30 pesos pagas 2.5 pesos (8.3%). En una recarga de 50 te cobra 3.5 pesos (7%) y por 100 comisiona 4.5 pesos (4.5%).
Pensemos como empresarios que merecen abundancia. Tres millones de viajes diarios en transporte público en el AMG. Siete de cada 10 ciudadanos están bancarizados. Multiplícalo por 365 días.
Ahora haz cuentas. ¿Cuántas recargas vía Mi Saldo se realizarán al día? ¿El 10 por ciento? Son 300 mil recargas comisionadas diarias. Ni las alcancías rateras que se quedan el cambio son tan buen negocio. Querido Diego: “No me des, nomás ponme donde hay, te abraza Sfinx”.
Por alguna razón de peso o pesos, la Setran renunció a adquirir una app desarrollada en el “Silicon Valley Mexicano” o a encargarla a la Coordinación General de Innovación Gubernamental para evitar los cobros de comisiones. En la ciudad y el país hay cientos de desarrolladores independientes y hacktivistas que no buscan el lucro sino un impacto social positivo. En cambio, la Setran le puso precio a un servicio público y al derecho humano a la movilidad. Otra vez: negocios privados con lo público.
Cierro con un anuncio personal. Aprovecho el espacio para solicitar audiencia con el funcionario encargado de la Tarjeta de Movilidad Integrada de la Ciudad de México, pues allá las recargas con celular son gratuitas. Ofrezco app con cobro de comisiones mínimas que no dañan al erario. Necesitan más visión empresarial y de servicio.