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De la mano de la presidencia, fracasa PROBEIS

Desde que el presidente Andrés Manuel López Obrador al inicio de su gobierno anunció la creación de la Oficina de Presidencia  para la Promoción y Desarrollo del Beisbol en México (PROBEIS) como una unidad administrativa dependiente directamente de la presidencia, generó algunas críticas por quienes aún señalando positivo fomentar el deporte, consideraron impropio respaldar preeminentemente a uno en perjuicio del resto y aún más a sabiendas que se trata del deporte favorito del propio presidente, pero además se generaron señalamientos relativos a lo inadecuado de establecer esa oficina especializada y colocada fuera de la égida de la Secretaría de Educación y/o de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, como debería haberse encuadrado en el marco de la ley orgánica de la administración pública federal.

Por ello, sorprende la inesperada y sigilosa desaparición de esta estructura que se supone dio paso a un nuevo modelo de fomento deportivo a través de bachilleratos formadores de técnicos especializados en diversos deportes.

Para quienes apoyamos el fomento al deporte y particularmente somos aficionados al beisbol, el saber que se ingresarían recursos para apoyar al deporte rey fue una grata noticia, no obstante se señaló la falta de claridad en los objetivos, ya que en principio se dijo que se crearían academias, se fomentaría la realización de certámenes y esquemas de visualización de prospectos con el fin de mejorar la calidad en los deportistas o peloteros mexicanos, y se aspiraría a producir elementos que pudieran insertarse al nivel del máximo esquema global de las Grandes Ligas.

El asunto fue que más adelante hubo señalamientos en relación a la oscuridad con que se estaban manejando los recursos, pero además de ello, que el titular de la oficina de PROBEIS, Edgar González, se había convertido en una especie de zar del beisbol con injerencia más allá de los alcances para los que fue creada la oficina a su cargo, y por ejemplo se le señaló como el responsable de que no hubiera existido la integración adecuada entre la Conade, la Liga Mexicana de Béisbol, la Secretaría de Educación Pública, entre otras instancias lo que resultó en que no se entregaran los recursos a tiempo al Seleccionado Mexicano que participaría en los Juegos Olímpicos de Tokio, propiciando  el reclamo del mánager Juan Manuel Castro, quien a la postre fue cesado para que de última hora fuera asignado como emergente en el pilotaje del equipo el polémico Benjamín Gil y se integrara un conjunto de peloteros muy diferente al que obtuvo el boleto a las Olimpiadas culminando con el fracaso y ridículo de todos conocido.

Ahora sabemos que el modelo PROBEIS ha desaparecido de forma por demás sigilosa, quizá pretendiendo evitar hacer notar otro fracaso de la administración. Pero también hay que decir que quizá sea lo correcto la conversión a una Dirección General de Bachilleratos Técnicos Deportivos. Se habla de que González Sabin está al frente de este nuevo proyecto, pero habrá que tomarlo con reservas, pues además de que hace mucho que no se le ve en actos públicos, ha trascendido que ostenta un nuevo cargo en la Secretaría de Relaciones Exteriores de México.

Queda esperar que este nuevo proyecto se encauce adecuadamente y que del marco de esta regularización haya respaldo para el béisbol y otros deportes en todos los rincones del país.

bambinazos61@gmail.com

@salvadorcosio1
 

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