De cándidos y candidatos
Hemos sido testigos de dos procesos llamados internos para la elección de candidatos a contender en la próxima campaña federal. Ambos fueron operados por corporaciones de partidos, lo mismo si eran afines que antagónicos, en uno y otro el gran ausente fue la democracia y el principio que rigió la mente de todos es que el fin justifica los medios.
Siendo una contienda entre políticos mexicanos todo cuanto sucedió era previsible, lo mismo para ellos que para la ciudadanía en general. Cuando el Presidente López Obrador anunció, hace meses, que el candidato ganador del Frente Amplio sería la señora Xóchitl Gálvez, no adivinó, sabía que sería así, y así fue. Si con tal anuncio buscaba modificar el curso interno en contra de dicha candidata, falló.
El Frente Amplio nos ofreció una forma distinta pero no nueva del dedazo, puso en marcha un proceso de eliminación de competidores, sea por su libre voluntad, por decepción o bajo presión, al final ya no quedaba sino una sola persona compitiendo con nadie ¿para qué más encuestas? La profecía morena se había cumplido, lo que podría entenderse como un doble dedazo, el del Frente y el del Presidente. Para los adherentes a esta corporación lo importante era tener un candidato con agallas sea por el medio que fuera, y les pareció que tal persona era Xóchitl, y había que hacerla ganar. ¿A quién le importa la democracia si lo que urge es “salvar a México”?
En Morena la lucha fue mucho más radical e hipertensa por la presunción que se tiene de que el partido volverá a triunfar. Al igual que en el Frente, debió de haber en Morena un gran elector, o un gran consejo elector, para quienes la opinión de sus seguidores era meramente ilustrativa. Tuvieron que analizar si en este tiempo dominado por las cuestiones de género, convendría oponer un político varón a una candidata muy activa y folklórica. Pensaron que no, así que los candidatos varones de Morena, que eran la mayoría, tenían que disciplinarse a la voz de “primero las damas”. ¿A quién le importa la democracia si lo que urge es salvar a la 4T?
Se pueden revisar los procesos en ambas corporaciones, lo más seguro es que salgan limpios, los viejos tiempos de alterar boletas, robarlas o destruirlas han quedado atrás en casi todo el país, lo que domina es el manejo de los votantes alineables, y son ellos los impecables definidores de los procesos, lo mismo de los procesos internos que de los externos, en cualquiera de los bandos, pues uno y otro está integrado por los políticos de siempre y los partidos de siempre, con las estrategias de siempre.
La tercera fuerza se hace esperar, si es que la habrá y, de haberla, debe de sentirse como la entidad más codiciada y la que puede darse el lujo de poner el precio que le venga en gana a sus decisiones, puede unirse finalmente a alguna de las dos candidatas, pese a haber declarado lo contrario, o lanzar por su cuenta un tercer o tercera posibilidad. No podemos ni imaginar la densidad del asedio que le rodea y lo importante que se ha de sentir de aquí a noviembre.
Estando como estamos cautivos de la dictadura de los partidos que ganan hasta perdiendo, lo que tendríamos que hacer, es comprometerlos a dar soluciones rápidas a los problemas más graves del país con plazo y costo ¿o solamente el Presidente Bukele puede?