De Vasconcelos y Yáñez a la corrupta Delfina
Con seguridad, José Vasconcelos y Agustín Yáñez se volverían a morir de vergüenza al saber en manos de quién se encuentra la Educación Pública en México; aunque también es cierto que antes de la actual titular de la SEP, Delfina Gómez Álvarez, ya esta institución había tenido a la cabeza a otro secretario de la misma escuela corrupta y delincuencial en la figura de Manuel Bartlett, quien está al frente de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), desde donde continúa empleando sus muy conocidas malas mañas.
Delfina Gómez, a quien el presidente Andrés Manuel López Obrador premió en diciembre de 2020 otorgándole la titularidad de la SEP en sustitución de Esteban Moctezuma, para que este se desempeñase como embajador de México en los Estados Unidos de América, ha sido encontrada culpable de retener el 10 por ciento del salario de empleados del municipio de Texcoco, siendo ella presidenta municipal, para entregarlos a su partido político, Morena, razón por la cual el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) impuso una multa a dicho instituto político por 4.5 millones de pesos, aunque no fincando responsabilidad a la actual titular de la SEP por ser un asunto ajeno a sus facultades.
El 26 de abril de 2017, durante una entrevista con Carmen Aristegui, Delfina no solo admitió que se quedaba con el 10 por ciento del salario de alrededor de 200 empleados del municipio a su cargo, sino que con lujo de detalle explicó el proceso de la retención pretextando que todos ellos eran militantes de Morena y estaban de acuerdo en que se les descontara el diezmo para favorecer al partido que les había otorgado el trabajo.
Es decir que al puro estilo de la delincuencia organizada, Delfina cobraba a los empleados derecho de piso (presuntamente con la anuencia de los afectados).
Se le acusó también de desviar 55.5 millones de pesos destinados al fondo de ahorro de empleados, así como de haber dejado sin pensiones alimenticias a 50 mujeres divorciadas y a sus hijos, y de otorgarse una auto liquidación por casi 500 mil pesos mediante un pago de 217 mil 279 pesos brutos como “gratificación extraordinaria” y 220 mil 191 pesos como “finiquito laboral”.
El Partido Acción Nacional, en voz de su dirigente Marko Cortes, así como militantes panistas han exigido su remoción del cargo: “No hay manera de que la secretaria Delfina Gómez se mantenga en su puesto”, dicen.
“Qué ejemplo puede dar como titular de la SEP a los menores y a los maestros una mujer que no tiene calidad ética, ha cometido actos ilegales o los ha permitido y además se ha beneficiado de ellos, sería de una total incongruencia que la mantuvieran en el cargo”, se refirió mediante un comunicado.
Cortés, además exigió una investigación seria, profesional y que se apliquen las sanciones correspondientes a los implicados en este acto que perjudicó a los trabajadores.
En tanto, la bancada del PAN en el Senado se pronunció a favor no sólo de la renuncia de Gómez como secretaria de Educación Pública sino también por iniciar un proceso penal en su contra.
Y mientras la oposición intenta hacer su parte, bien vale preguntarse ¿en dónde están los maestros de México y los Sindicatos que los representan? ¿Por qué no se han pronunciado los líderes de las diversas secciones de la SNTE y la CNTE? ¿Se va a consecuentar que una delincuente confesa continúe al frente de la Educación en nuestro país?
¿El presidente López Obrador cerrará una vez más los ojos y como en el caso de su hermano Pío defenderá que se trató de aportaciones “voluntarias”?
Delfina Gómez es corrupta; en su contra se pueden configurar cargos que ameritarían cárcel incluso mientras se lleva la averiguación previa por los delitos de robo, fraude, peculado, delincuencia organizada, y delitos electorales, entre otros.
Al final, se comprueba que en la 4T no son diferentes como pregonan. De hecho, quizá lo único que distinga a la Maestra Delfina de la Maestra Gordillo, sean las cirugías.
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