De Nueva Galicia a Jalisco
No tenemos noticia de qué nombre le daban los pobladores originales a estas tierras del occidente de México que hoy constituyen el estado libre y soberano de Jalisco. Lo más probable es que, al no constituir una unidad política, haya sido plural nomenclatura. Lo que sí es evidente es la absoluta falsedad del nombre de “Chimalhuacán”, que algunos supuestos historiadores, con más entusiasmo que rigor, le asignaron en el siglo XIX, no faltó quien lo sostuviera en el siglo XX y algún trasnochado que lo repita en el XXI.
También sabemos que Nuño de Guzmán le pretendió llamar a lo que consideró su conquista, “la Mayor España” y que muy pronto la Corona le impuso el nombre de Nueva Galicia, mismo que sobrevivió durante dos siglos y medio. No es un lapso despreciable, lo cual hasta cierto modo justifica que en el ánimo de la gente sobreviviera más allá de 1786, cuando la Ordenanza de Intendencias cambió toda la estructura territorial de la América Septentrional.
El Nuevo reino se dividió en dos: Zacatecas y Guadalajara, pero no duró mucho tiempo así: la Constitución de Cádiz, promulgada en 1812, convirtió las intendencias en provincias, gobernadas por diputaciones, pero su vida fue interrumpida el 4 de mayo de 1814, cuando Fernando VII la desconoció.
Los seis años siguientes trataron de volver las cosas al cauce anterior y a tiros y tirones resucitaron las intendencias de Guadalajara y Zacatecas, mas no el Reino de Nueva Galicia.
En 1820 renacieron las diputaciones de Guadalajara y Zacatecas que solamente un ratito estuvieron juntas, con el nombre de la primera…
De tal manera es una aberración que un libro editado por la Universidad de Guadalajara y el Instituto Mora, en 2004, por Beatriz Rojas y con estudio introductorio de Jaime Olveda, supuestos historiadores, reúna las actas de sesiones de la Diputación Provincial de Nueva Galicia de 1820 a 1822, que son por cierto muy importantes y útiles. Ninguno de los dos sabios, por no leer los trabajos sobre el tema, cayó en la cuenta de que la diputación era de Guadalajara y no de Nueva Galicia y que así se llamó oficialmente a la región hasta el 13 de junio de 1823, cuando se convirtió oficialmente en el Estado de Xalisco (con “x”) y la “diputación” derivó en congreso…
El nombre de Jalisco no se lo sacaron de la manga aquellos diputados: pues fue el apelativo, inspirado en la población de dicho nombre, que le dieron la provincia franciscana de esta región, fundada en 1606, hermana de la de Zacatecas, y por lo mismo a su jurisdicción se le llamaba coloquialmente con frecuencia “provincia de Xalisco”.
Los diputados lo deben haber preferido por su carácter autóctono. Pasó a escribirse con “J” cuando sobrevino el centralismo y así se quedó secula seculorum, aunque los federalistas recuperaran el poder.
jm@pgc-sa.com