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Damnificado un año después

Hace un año fuimos damnificados por los sismos, como miles de otras familias en el país. Nuestro edificio en la Condesa quedó gravemente dañado y no se puede habitar, es de alto riesgo.

Si bien perdimos ese departamento, estamos muy lejos de haber sufrido lo que miles de familias damnificadas han vivido estos 12 meses. Después de que el Gobierno federal ha gastado 29 mil millones de pesos en la reconstrucción, decenas de miles de personas siguen sin recuperar sus hogares.

En nuestro caso el viacrucis ha sido menor, pero también es muestra de lo mal que estamos preparados para enfrentar estas situaciones. Las 14 familias que vivíamos en Amsterdam 232 hemos tenido que encontrar otro lugar para vivir. En nuestro caso, siendo que habíamos adquirido el departamento con hipoteca, siendo pérdida total, el seguro cubrió parte del saldo que se le debía al banco. Pero no todo, aún queda un saldo. Para liquidarlo será necesario vender el indiviso de los metros cuadrados de aire que nos pertenecen.

La Comisión para la Reconstrucción ha sido poco eficaz en resolvernos nuestro caso. Los vecinos hemos enviado dictámentes realizados por DROs que certifican el daño estructural. En la base de datos de la ciudad el edificio ha estado tipificado como rojo, naranja y, finalmente, rojo. Sin embargo, no se necesita ser ingeniero para ver que el edificio no se cayó gracias a que está acostado sobre el edificio adyacente.

Llevamos meses sin poder vender el “edificio” (que más bien es un terreno con dos mil 800 metros cuadrados de potencial de construcción) en una de las zonas más caras del país. La Ley de Reconstrucción que se aprobó es barroca y burocrática. La Ciudad de México ha gastado 10 mil millones de pesos en la reconstrucción y aún no conocemos las casas, escuelas o edificios recuperados y construidos. A nivel nacional y local hizo falta mucha mayor transparencia y eficacia en la capacidad de respuesta.

Urge que el nuevo Gobierno, sociedad civil, sector privado, ingenieros y expertos, definamos mejores protocolos de prevención y respuesta ante los sismos que seguirán sacudiendo nuestra ciudad.

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