Cuando las mujeres llevaron a México a la Final del Mundial
Si algún día México logra su sueño de llegar a una Final del Mundial de futbol, sería bueno recordar que las mujeres lo lograron primero, fue en la segunda edición de Torneo Internacional Femenil de futbol, que se disputó en nuestro país del 16 de agosto al 4 de septiembre de 1971.
La competición, que no estaba avalada por la FIFA porque el organismo no reconocía aún el futbol femenil, constaba de dos grupos. El Grupo A (México, Inglaterra y Argentina) jugó en el estadio Azteca y el B (Dinamarca, Francia e Italia) en el Estadio Jalisco. Las danesas llegaban como campeonas y las italianas como subcampeonas de la edición de 1970, que se celebró en Turín.
Los juegos se disputaban en dos tiempos de 35 minutos cada uno, y las tarjetas no eran amarillas y rojas, sino blancas y negras.
En las noticias de los primeros días de la justa se percibe un tono condescendiente hacia el torneo. El reporte de agencias del partido inaugural, que México ganó 3-1 a Argentina, comentaba: “el juego, programado para las 12:00 horas se inició media hora después. Bueno, al fin mujeres...”
Como para contradecir las expectativas iniciales, algunos partidos se caracterizaron por la rudeza del juego. Las italianas se liaron a golpes en dos de sus tres encuentros, primero ante las francesas en el Jalisco y luego en la Semifinal que disputaron ante México en el Azteca. En ambos casos, supuestos errores arbitrales causaron la ira de las italianas, que fueron captadas lanzando puñetazos y cargando a una de sus compañeras, inconsciente tras un zafarrancho.
Las crónicas de los partidos muestran un deporte todavía en evolución. La portera francesa tenía dificultades para atajar porque usaba un protector en el pecho, y al final de los partidos las jugadoras intercambiaban camisetas en los vestidores, lejos de las miradas de los espectadores.
Como se esperaba, Dinamarca llegó a la Final sin perder un solo partido. Su rival fue México, que tenía como figuras a María Eugenia Rubio “La Peque” y Alicia “La Perla” Vargas. Las mexicanas también llegaron invictas tras imponerse en el camino a Argentina, Inglaterra e Italia.
Por encima de las grescas italianas y los errores arbitrales, la polémica más grande del torneo fue la postura de las jugadoras mexicanas, que anunciaron que no jugarían la Final si no recibían una compensación de un millón de pesos, mientras la delegación danesa amenazó con tampoco jugar la Final si las mexicanas recibían dinero, ya que por reglamento en el torneo sólo podían participar equipos amateurs.
Las dificultades económicas y laborales, que todavía son un problema en la Liga femenil actual, hicieron acto de presencia ya en 1971. El argumento bajo el cual las jugadoras mexicanas exigían una compensación era que muchas de ellas habían perdido su trabajo o habían tenido que dejar la escuela para prepararse para el torneo.
Una llamada del jefe del Departamento del Distrito Federal, Octavio Sentíes, y la promesa de organizar un partido a beneficio de las familias de las jugadoras resolvieron la situación. “Un aplauso vale más que dos millones de pesos”, comentó Yolanda Ramírez, una de las jugadoras mexicanas.
En la Final, Dinamarca apabulló a México por 3-0 ante casi 100 mil espectadores en el Azteca. Las mexicanas terminaron el partido llorando y adjudicaron la derrota a la desconcentración que trajo consigo la polémica sobre la compensación monetaria, pero al final festejaron junto a las danesas con un baño de sidra.
A pesar del juego sorprendentemente brusco y las polémicas arbitrales, el campeonato desmintió los prejuicios hacia el futbol femenil y la impresión general era que el torneo del año siguiente sería mucho mejor. Pocos sospechaban que la del 1971 sería la última edición del certamen: habría que esperar 20 años para que existiera una competencia internacional de futbol femenil avalada por la FIFA y más de 40 años para que existiera una Liga femenil en México.