Cuando AMLO coronó la resistencia a El Zapotillo
El premio a su perseverancia en la lucha que mantuvieron por más de 16 años para que no se inundaran sus comunidades con la construcción de la Presa El Zapotillo llegó ayer para los habitantes de Temacapulín, Acasico y Palmarejo con la reiteración de la promesa presidencial hecha hace un mes de que la cortina de este embalse artificial quede a 80 metros, pero con un sistema vertedor, que garantice que el nivel de agua no supere nunca, ni con lluvias o venidas extraordinarias de líquido del Río Verde, los 40 metros de altura.
Con múltiples litigios que llegaron a distintas instancias del Poder Judicial de la Federación y donde siempre se les dio la razón jurídica por todas las triquiñuelas legales con las que nació el proyecto más con una visión de negocio multimillonario que con el auténtico propósito de garantizar agua para Jalisco y Guanajuato, y constantes movilizaciones los habitantes de estas tres comunidades de Cañadas de Obregón pararon este proyecto que tuvo su origen en el sexenio de Vicente Fox, pero en el que insistió más que nadie el presidente Felipe Calderón que junto con el gobernador panista Emilio González Márquez subió de 80 a 105 metros la cortina, y que continuó el priista Enrique Peña Nieto. En sus últimos 5 años de lucha, sufrieron también el incumplimiento de la promesa que les hicieron los últimos dos gobernadores de Jalisco, el finado Aristóteles Sandoval y el actual Enrique Alfaro, que como candidatos afirmaron estar en contra del proyecto de El Zapotillo por la inundación de sus puebles, pero que al llegar al poder, se retractaron y afirmaron que era la única opción viable para volver a traer agua a Guadalajara.
AMLO ayer no sólo coronó este esfuerzo con la radical modificación del proyecto original de esta presa para no ahogar y desaparecer sus comunidades, sino que aceptó íntegro un pliego petitorio de 15 puntos que a manera de reparación del daño se les dé en beneficio de sus localidades. Entre ellos destaca la exigencia de una disculpa pública, una auditoría a la obra, la restauración y la declaración del Río Verde como Área Natural Protegida, la denominación de Pueblo Mágico a Temacapulín, obras diversas y respetar la propiedad que se les había dado en el Nuevo Acasico y Talicoyunque a los que eventualmente habían aceptado dejar los pueblos, además de un fondo que ellos administrarán antes de que termine el año para financiar proyectos de bienestar.
Ojalá que este merecido triunfo político de los habitantes de este municipio alteño, que debe dejar una gran lección para que en Jalisco y en México logremos un manejo más sustentable del agua y el respeto al Estado de Derecho, venga también acompañado de los recursos para hacer realidad el nuevo proyecto, que pruebe la solvencia técnica y moral del gobierno de la 4T poniendo fin a la carencia que por más de tres décadas tuvo Guadalajara de más agua.
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