Crea un problema y vende la solución
El golpe de timón de Enrique Alfaro para finalmente distribuir los libros de texto de la SEP en Jalisco se convirtió en un perfecto ejemplo de política ficción: creó un problema y luego nos vendió la solución.
Hago un breve recuento de hechos y acciones para demostrarlo.
El lunes 7 de agosto, Alfaro anunció que Jalisco frenaba la distribución de los libros debido a un amparo; la Entidad, sostuvo, estaba obligada a respetar la legalidad. Allí aprovechó para resaltar el sistema de aprendizaje en línea Recrea y elogiar las fortalezas de su Gobierno para enfrentar la ausencia de libros.
Después el gobernador apartó el tema de su agenda durante 15 días. Hasta que la semana pasada, el martes 22 de agosto, en el CODE, dos mil 500 maestros lo abuchearon por frenar la repartición de libros. Una fuente me relató que el mandatario abandonó enfurecido el encuentro. Este episodio lo relaté en mi columna “Abucheo y buche de realidad para Alfaro”.
Golpeado por la realidad, el mandatario recapacitó. Reunió a su secretario, sumó a la UdeG y esa misma semana ordenó un “análisis jurídico” para evaluar la entrega de libros que finalmente confirmó ayer.
Para empezar, el “sesudo análisis” que presentó el gobernador debió realizarse antes de frenar la entrega de libros, no después, lo que revela que antes se tomó una decisión sin fundamentos, es decir, política.
Cada punto de Alfaro para rectificar su decisión podría pasar por una comedia de enredos.
1. El gobernador reconoció que el Gobierno de Jalisco carece de acceso al expediente del juicio de amparo 784/2023 promovido por un tercero para frenar la entrega de libros de texto. “Desconocemos el estatus legal de dicha controversia más allá de lo que se publica en el Poder Judicial de la Federación y los medios de comunicación”, dijo. Luego entonces, ¿con qué sustento legal decidió frenarlos?
2. El gobernador se dio por enterado de un comunicado de la SEP el 21 de agosto que negó cualquier impedimento para entregar los libros -lo mismo que dijo AMLO hace un mes-.
3. El gobernador preguntó a la SEP el jueves pasado si había algún impedimento con la entrega de materiales. Le respondieron categóricamente -otra vez- que no. Esa consulta hace tres semanas hubiera sido muy útil.
4. Y lo más importante. La Secretaría de Educación Jalisco encuestó a los 78 mil maestros de educación básica. El 61% estuvo de acuerdo con el reparto de los libros; el 27% se declaró neutral y sólo el 13% estuvo en desacuerdo. El gobernador había olvidado -pequeño detalle- preguntarle su opinión a los maestros.
Alfaro salió bien librado pese a sus torpezas, prisas y sordera. Lo mejor es distribuir los libros de texto y dejar de jugar a la política con la educación de los niños y niñas. Porque tanta maroma sólo reveló que la decisión para no repartir los libros fue política. Y la decisión de repartirlos también.
A la luz de lo relatado, resulta muy simpática la declaración ayer del gobernador, justo después de un evento: “Se resolvió un problema que no generamos nosotros, pero nos tocó a nosotros resolver”.
El chiste se cuenta solo.
jonathan.lomeli@informador.com.mx