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Corrupción, fosas y rechiflas

La agenda de retos y frentes abiertos para el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, está tomando proporciones enormes en los primeros días de este mes. El mandatario vivió jornadas intensas desde el viernes 10 de mayo y aunque la distancia le permitió ausentarse durante el más reciente incendio ocurrido en La Primavera, debió soportar una altísima temperatura política en Puerto Vallarta, adonde acudió para estar presente durante la visita del Presidente Andrés Manuel López Obrador.

Regresemos a las acciones del viernes. El gobernador está embarcado en una cruzada de lucha contra la corrupción en el Poder Judicial. La empresa es tan grande, que el mismo Presidente López Obrador lo eligió para encabezar una comisión nacional que en teoría revisará el tema en los poderes judiciales de los estados.

En Jalisco, la tarea se emprende desde diferentes frentes: una reforma para modificar las reglas para la elección de magistrados del Supremo Tribunal de Justicia y agregar además, elementos como la obligatoriedad de exámenes de control y confianza para jueces y magistrados.

Al anunciar formalmente su iniciativa, el gobernador invitó al magistrado presidente del Supremo Tribunal y por tanto, cabeza del Poder Judicial, Ricardo Suro. En el mismo lugar, el magistrado se pronunció contra los exámenes de control y confianza porque invaden la autonomía del aparato judicial, de entrada, pero también comentó públicamente que “no observa” corrupción en el Poder Judicial (¡¡!!).

La suya no es una actitud de colaboración y expresa claramente que con mucha cortesía y comedimiento, pero van a enfrentarse a cualquier iniciativa que les imponga condiciones.

Después de este primer desencuentro, el gobernador viajó a Puerto Vallarta. Allá recibió al Presidente López Obrador que entre otros anuncios, reiteró el respaldo del Gobierno federal para el segundo destino turístico más importante del país.

Durante el evento público infaltable en la agenda presidencial, el gobernador Enrique Alfaro fue objeto de una sonora rechifla. Fueron tan estridentes los gritos de rechazo, que en un momento de su discurso él mismo se detuvo y comentó, en un afán por recomponer: “si quieren no digo”. Y los abucheos siguieron. Como ya se ha hecho costumbre, el Presidente apareció después para pedir orden y exigir respeto.

Ya se ha documentado antes que las rechiflas contra los gobernadores que no son del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) están siendo orquestadas y manejadas por líderes de este partido. Incluso en una ocasión el Presidente lo reconoció públicamente durante una de las conferencias mañaneras en Palacio Nacional. Pero el episodio dominical también revela que no hubo operación para “proteger” al gobernador, a pesar de que Arturo Dávalos, el alcalde, es del partido Movimiento Ciudadano. ¿Ya se resquebrajan las alianzas?

Y un tercer y gravísimo tema que tuvo lugar durante el fin de semana tiene que ver con seguridad.

El sábado, el gobernador presentó el último corte de cifras sobre incidencia delictiva. De acuerdo con la estadística oficial de noviembre de 2018 a abril de este año, hay reducción en delitos como robo a negocio, robo de automóviles e incluso, homicidios.

Pero ¿qué ocurrió el fin de semana? Sólo en una finca de Zapopan fue hallada una fosa clandestina con 30 cadáveres. Está visto que en materia de seguridad no es posible presumir buenas noticias.

Así el panorama para el Gobierno estatal, y apenas van cinco meses de ejercicio.
 

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