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Coronavirus: las reactivaciones

Aunque probablemente para la mayoría pasó desapercibido, al coincidir el inicio de la semana y del mes de junio también inauguramos dos etapas oficiales bautizadas por los gobiernos federal y del Estado: la “nueva normalidad” y la reactivación económica. ¿Cuál es la diferencia entre una y otra? En términos técnicos podemos hallar muchas distinciones, pero no en lo práctico. Se trata simplemente de regresar a trabajar y mover la economía, sabiendo que el riesgo de contagio del coronavirus es enorme, y por lo tanto aumentará el número de víctimas fatales. Al terminar el lunes se reconocieron 10 mil 167 fallecidos.

El problema económico es gigantesco. Como es ya sabido, a diferencia de lo que se decidió en otros países, en México el Gobierno federal determinó que sólo habrá ayudas de carácter social para los millones de afectados por la paralización de la economía.

Hay cifras a montones para ilustrar el problema. El Inegi anunció este 1 de junio que sólo en abril, 12 millones de personas económicamente activas dejaron de trabajar por el aislamiento obligatorio. Se calcula también que en este momento al menos 23 millones de mexicanos están en una condición de pobreza alimentaria. Y además, la famosa cifra de los más de 52 millones de mexicanos en algún grado de pobreza según el Coneval, puede incrementarse en los siguientes dos meses.

Esa es una realidad que amenaza a todos. Adicionalmente, entre muchas otras consecuencias del aumento de la pobreza, está la inseguridad; en lo que resta del año veremos cómo los índices delictivos, tanto del fuero común como del federal, registran cifras mayores.

Pero a pesar de todos los que siguen creyendo que el coronavirus es un invento, una manipulación política, económica y social, la crisis sanitaria también existe. Golpea al débil sector sanitario mexicano. Aunque el Presidente Andrés Manuel López Obrador afirme una y otra vez que estamos preparados y equipados, la realidad es que varios estados del país (Ciudad de México, Estado de México, Baja California, Tabasco, Guerrero) observan con impotencia que su capacidad de atención hospitalaria está a tope o rebasada.

Las manifestaciones de médicos, enfermeras, personal administrativo y sanitario en clínicas y hospitales públicos son tan regulares como las cifras de contagio. Aparentemente, los actores políticos que ostentan el poder en los organismos sindicales en el IMSS y el ISSSTE se aglutinan en un movimiento de protesta que se hará público en unos días.

¿Por qué entonces, si la pandemia del coronavirus aún está en plenitud, reiniciamos actividades económicas? La decisión tomada por el Gobierno de la República y los gobiernos estatales es revisada con asombro en medios internacionales de comunicación.

Muchos han respondido a esta pregunta, pero la respuesta que dio el gobernador Enrique Alfaro en un video que difundió en sus redes sociales el fin de semana, es contundente: porque la situación económica es insostenible. Así de simple.

En la entrega anterior de Palestra 20 (26 de mayo), sostuve que realmente los mexicanos estamos obligados a enfrentar con nuestros propios medios el riesgo del Covid-19. Hoy eso es más evidente.

“No hay recursos económicos que alcancen”, mencionó también el gobernador Alfaro.

Todo se reduce a la responsabilidad solidaria, porque trabajar es indispensable, pero la única manera de reducir el riesgo de contagio es seguir religiosamente las medidas de aseo y distanciamiento. Tiene mucho sentido el eslogan: si te cuidas tú, nos cuidamos todos.

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