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“Corcholatas” y agenda naranja

En la contienda por la Presidencia del país para las elecciones de junio de 2024 hubo cambios radicales a partir del 18 de marzo. Ese día, en una movilización masiva en El Zócalo, el Presidente Andrés Manuel López Obrador advirtió que no cometerá el error de Lázaro Cárdenas y su sucesor (o sucesora) deberá seguir puntualmente con el proyecto de la transformación.

En esa jornada muchas cosas se modificaron. Adán Augusto López moderó su carrera, Marcelo Ebrard emprendió una nueva ofensiva (la última y definitiva) y Claudia Sheinbaum Pardo retomó sus viajes por el país.

Si en las semanas previas los actores políticos se habían reservado y guardaban sus opiniones para esperar cómo se definiría la carrera presidencial, a partir de esa jornada las cosas cambiaron.

En una nueva visita a Guadalajara, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México se declaró “hija de la UdeG” y estrechó su relación electoral con el Grupo Universidad. Es conocido, al menos entre quienes trabajan con alguna de las “corcholatas”, que los universitarios organizados impulsan a Claudia Sheinbaum y llevan meses haciendo trabajos de promoción en el Estado.

La doctora Sheinbaum se mostró confiada, “empoderada” dirían los grupos feministas, y se dio el lujo de rechazar las peticiones de debate planteadas por Marcelo Ebrard.

En su embestida definitiva, el canciller mexicano ha redoblado sus apariciones locales. Le urge mantenerse en la memoria de la gente y redobla esfuerzos incluso en los medios de comunicación convencionales. Sigue estirando la liga de la presentación de su libro y el viernes estará presente en Guadalajara para hacerse ver en la región Occidente del país, donde radican varios de los equipos que más han impulsado su precampaña.

Es notorio que en la agenda de Marcelo Ebrard las prioridades son electorales. Ni siquiera los conflictos verbales motivados por las declaraciones del Presidente López Obrador contra legisladores y funcionarios de Estados Unidos por temas de seguridad; ni las discusiones por diferentes capítulos del T-MEC, consiguieron que se concentrara en su papel de canciller.

En las siguientes semanas se definirá si tiene oportunidad de ser candidato presidencial en Morena y lo que sigue son las discusiones internas, secretas definitivamente, para establecer la metodología de las encuestas que definirán la candidatura.

Todo este proceso es un tanto eufemístico. Ya lo avisó el Presidente: él decidirá quién será candidato (a).

Pero el activismo que se desató entre las “corcholatas” también está repercutiendo en otros círculos políticos.

El gobernador Enrique Alfaro fue presentado otra vez como presidenciable por el jefe nacional del partido, Dante Delgado, pero en una posición que puede resultar contradictoria o bien, reveladora, reiteró que no es tiempo de enfocarse en esa candidatura, pero también subrayó que después de junio se determinará al candidato de MC para la gubernatura.

El partido naranja aceleró la organización de sus estructuras para la elección y la única duda es si el alcalde Pablo Lemus habrá podido conciliar el enfrentamiento que tuvo con el partido al terminar el año 2022...

La mazorca electoral se desgrana.

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