Ideas

Coordinación militar

La idea de profundizar un sistema de defensa conjunta entre Estados Unidos con México no es nuevo. Desde hace años se realizan acciones para que las Fuerzas Armadas mexicanas eleven su capacidad y tecnología para estar en condiciones de realizar acciones conjuntas con Estados Unidos y Canadá para el año 2030. La ruta establecida desde 2016 implica que las relaciones militares corren de forma paralela a las relaciones diplomáticas y a la política. 

Se trata de que las Fuerzas Armadas mexicanas eleven sus capacidades operativas y su modelo de organización para actuar de forma coordinada con sus colegas de Canadá y Estados Unidos para asumir tareas de defensa conjunta, con “responsabilidad global”. Eso significará también cambiar la doctrina militar que partía de la idea de no realizar tareas en el exterior. 

Los enormes cambios tecnológicos que vivimos aceleran los riesgos del uso de los nuevos recursos de la inteligencia artificial en temas militares, y con ello, las amenazas a la seguridad. Los problemas que tenemos con el crimen organizado aquí tienen potencial de escalar si hubiera injerencias externas, y por tanto requieren acciones coordinadas. El panorama de riesgos militares ha cambiado de tal forma, que están en desarrollo una guerra en Ucrania, otra en Gaza y las amenazas hacia Taiwan crecen. Las guerras en marcha son conflictos tecnológicos que se materializan en el campo de batalla, y el desarrollo de modelos de defensa conjunta es indispensable para garantizar el estado de fuerza de cada potencia. México, por su posición geográfica está atado a conformar mecanismos de acción conjunta con Estados Unidos. 

Este tema, poco difundido, por razones obvias, es fundamental en la relación con nuestros vecinos y a eso se refería Donald Trump al decir que en caso de una tercera guerra mundial, México no existiría mas. Y a eso se encaminan muchas de las acciones conjuntas en materia de seguridad y coordinación en la lucha por la ciberseguridad.

Dadas las condices políticas en Estados Unidos, estos temas pueden surgir en la campaña electoral, que de hecho está en marcha, y emerger como argumentos para presionar a nuestro país. Quizá por eso tanto el Presidente Biden cuida con esmero la relación México, y por eso también su contrincante republicano se atreve a declarar respecto a su relación con el Presidente López Obrador: “Hemos tenido relaciones increíbles con México, su presidente es amigo mío. Es un hombre tremendo. Ha sido muy leal conmigo, le he sido muy leal. Simplemente nos llevamos bien. Es un poco diferente, más de izquierda que yo, tal vez, pero es un gran caballero y un hombre maravilloso y creo que ha hecho un trabajo fantástico por México”. 

Mucho se ha escrito respecto al crecimiento de las tareas de las Fuerzas Armadas en temas de operación civil, pero poco respecto a los mecanismos de coordinación internacional. La cuestión es compleja dada la necesidad de mantener la autonomía y sobre todo por el crecimiento requerido en dimensiones, capacidades y tecnología. 

Es importante remarcar que las tareas de defensa de los Estados Unidos están en marcha, con o sin la participación conjunta y, que para efectos defensivos, el territorio de Canadá y México forman parte de las zonas de protección estratégica de sus intereses militares. 

La integración económica y la intensidad de la movilidad entre ambas naciones supone también la necesidad de una mayor coordinación en materia de seguridad, algo que está en marcha desde hace décadas, con todos sus altibajos.

Este tipo de asuntos son, en parte, por naturaleza, reservados, pero la opinión pública tiene derecho a enterarse del contexto y de los alcances de un proceso en marcha. Más aun cuando las amenazas globales crecen y los riesgos también. El ejercicio democrático en su sentido más amplio lo exige.

luisernestosalomon@gmail.com
 

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