Contrato social
El filósofo francés, Juan Jacobo Rousseau (1721-1778), en su obra de cuatro tomos explica que el contrato social es una reconciliación entre la naturaleza y la cultura, donde se expresa la voluntad de los ciudadanos en forma de interés social y el bien común, y se abandonan las libertades a cambio de que el Estado asegure un orden.
Desgraciadamente en México el pacto social se ha roto. Los ciudadanos han cumplido su parte del trato votando en los comicios y pagando impuestos y el Gobierno no ha cumplido con su deber de darle paz, tranquilidad y protección de su vida y su patrimonio.
Si bien, es cierto que el problema de la delincuencia es muy complejo, también es cierto que no se ha combatido desde todos los ángulos, atacando las causas del fenómeno que la ONU ha definido como: pobreza, desigualdad y marginación, crecimiento urbano desordenado, carencia de valores y cultura, problemas en el hogar, falta de educación, falta de respeto a las leyes, impunidad e ineficacia de los cuerpos policiacos.
El Estado se ha limitado a combatir la pobreza que se juzga se hace para comprar votos y a aumentar considerablemente las fuerzas policiales apoyadas por el Ejército y la Marina, sin resultados aparentes a mitad del periodo de Gobierno.
Las causas de la delincuencia deben combatirse desde todos los ángulos; el crecimiento urbano desordenado es propiciado por la corrupción en los ayuntamientos que autorizan urbanizaciones cambiando el uso del suelo.
La carencia de valores y cultura se originan en los hogares en familias disfuncionales, en las escuelas primarias que deben inculcar en los niños los valores que los capacitarán para ser buenos ciudadanos, la falta de educación escolar cívica y familiar es una combinación perniciosa; la falta de respeto a las leyes se corrige con sanciones fuertes que inhiban la comisión de faltas administrativas como por tirar basura; la inmunidad está originada en la corrupción de las autoridades que no hacen su trabajo y la ineficacia de la policía.
Sin duda el contrato social se ha violado, la parte que le corresponde a las autoridades para contar con instituciones que den justicia, con reclusorios que faciliten la reinserción de los delincuentes en la sociedad; las cárceles son escuelas para delincuentes y están en sus manos, se ha perdido el control. Necesitamos contar con instituciones que proporcionen justicia, libertad y bien colectivo; si no lo hacen, no sirven. Mi abuela me platicó que en Mascota nadie quería ser presidente municipal por temor a la delincuencia y casualmente llegó a hacer su servicio social un pasante de medicina al que pidieron que acepara el cargo. El aspirante a galeno conociendo la situación de anarquía pidió como condiciones que se demoliera la cárcel, que liberaran a todos los presos, menos uno y que junto a la presidencia municipal construyeran un cuarto donde cupiera una sola persona. Así lo hicieron y sólo dejaron uno. No bien habían terminado la obra cuando llegó un policía que llevaba detenido a un individuo que había apuñalado a otro. El presidente les dijo: métanlo en la cárcel, a lo que contestó el policía, no cabe más que uno. Mátenlo y metan a este. Se acabó la delincuencia.
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