Ideas

Constitución y autoritarismo

Suena bien, sin lugar a duda, pero la clase política se ha ganado a pulso la desconfianza. Toda la clase política. A la hora de la hora nunca cumplen y siempre es por motivos-ajenos-a-su-voluntad. ¿El resultado? Pendientes, pendientes y más pendientes, retrasos, rezagos, retrocesos, en todos los ámbitos y desde hace años (ojo con los significados del prefijo re-).

La refundación que propone el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, en un discurso que se prolonga ya por algún tiempo (fue un tema recurrente en su campaña), está planteada de una manera que de verdad es muy difícil encontrar a alguien que se oponga: reconciliar, reorganizar, repensar y renacer. En el texto hay otros conceptos atractivos como reconstruir, replantear y renovar.

Si la iniciativa estructural de su administración marcha bajo estos términos, podríamos los jaliscienses albergar la esperanza de que las cosas cambien de fondo para sentarnos en bases distintas a las, viejas, anquilosadas y corrompidas.

Me di a la tarea de leer los cuatro ejes que motivan esta propuesta de refundación, otra vez, y, en resumidas cuentas, se trata de renovar, efectivamente, cimientos, relaciones, formas y modos, usos y costumbres de lo que ha sido la administración pública estatal, desde hace años; y el vínculo entre mandantes y mandatario.

La impronta del autoritarismo, que hemos heredado desde hace décadas, es difícil de erradicar, es una cuestión que hasta podríamos considerar genética, la venimos cargando, y en el momento menos pensado, hasta el más democrático puede tener explosiones autoritarias, de manera que tanto quien propone como quien es el destinatario de tal iniciativa; es decir, la sociedad jalisciense, debemos estar muy atentos a que esos resabios autoritarios no salgan a flote ya, y creo que no estamos exentos, nadie.

Enrique Alfaro habla de acabar con el pacto de impunidad y la corrupción del antiguo régimen y en esas dos frases y en el concepto de antiguo régimen está implícito el autoritarismo, una de las tentaciones en la que más fácilmente caen los políticos, porque tienen poder, así de sencillo; y porque, es cierto, los usos y costumbres del sistema político mexicano han tergiversado la relación entre gobernantes y gobernados, en realidad no tendría que ser así. Se trata, en esencia, de un sistema de representación que no se aplica, no se ejerce como debe y los que terminan en el poder vía las elecciones pronto abandonan sus más caros deseos de servicio a quienes le transfirieron tal poder, muy pronto. Es casi automático en cuanto confirman que ganaron una u otra elección.

Todo esto es para tratar de desmenuzar someramente, con palabras que todos entendamos, que la tarea de refundar no sólo implica convocar a un constituyente para trabajar en una nueva constitución para el Estado libre y soberano de Jalisco. Hay en el fondo hábitos políticos que urge cambiar, romper, y no será posible mientras esta refundación no contemple transformaciones esenciales en los protocolos, en los discursos, en la educación, en la manera en que se desempeña la actividad pública, en el estilo incluso, en la forma como se juzga a ciudadanos, críticos y no, porque sí, desde el poder somos constantemente juzgados y descalificados. No será posible una refundación si desde el poder no cambia la concepción y la percepción de la sociedad que se representa.

La nueva Constitución puede sentar las bases, sí, ojalá, pero es preciso trabajar desde distintos frentes y de manera paralela porque si no, no será entendida y en la siguiente administración volverá a haber cambios.

Ojo, tenemos que estar muy atentos al derrotero que sigan estos trabajos de refundación. Por lo pronto ya se aprobó, y no por unanimidad, con bancadas divididas, la reforma constitucional para incluir la figura de Congreso Constituyente en la Carta Magna de Jalisco vigente, en un primer paso; falta que la aprueben por lo menos 63 ayuntamientos de 125 municipios en que está dividido el Estado; y luego, cuando finalmente se convoque y se empiece a trabajar en la nueva Constitución, hay que estar muy atentos, al alba, para que no se agreguen artículos que beneficien específicamente al gobernante en turno, nada de reelección ni de ampliación de periodo de mandato, y también habría que vigilar con lupa cualquier iniciativa sobre la relación de Jalisco con el Gobierno federal. No es un asunto menor y nos atañe a todos.

(lauracastro05@gmail.com)

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