Ideas

Constitución humanista

A raíz de nuestra independencia, México ha tenido cuatro constituciones: la de 1824 que instituyó el federalismo para darle a los estados soberanía y libertad de acción; la de 1836 que instituyó un régimen centralista aboliendo el federalismo; la de 1857 que reinstaló el federalismo y, finalmente, la de 1917 que está en vigor.

Ahora se habla de una nueva constitución con una doctrina diferente, el humanismo. Erick Fromm el psicoanalista alemán precursor de esta filosofía, totalmente distinta a la de Sigmund Freud, estuvo en la Universidad de Michigan impartiendo clases y tuvo influencia en México.

Freud consideraba que todos los trastornos de la mente tenían un origen sexual, en tanto que Fromm preconizaba que la doctrina humanista era la que debía seguir el ser humano porque tiene la tarea de darse luz a sí mismo para poder convertirse en lo que realmente es, alguien más noble, más fuerte y más libre. Una de sus frases más conocidas es que el ser humano debe tener fe en sí mismo para poder tener fe en los demás. Tener fe en los demás es como decir que el pueblo es bueno y sabio.

Fromm clasifica al hombre en cinco tipos de personalidad: la perceptiva, la del explotador, la mercantil, la del acumulador, y la productiva. De esta última se pretende llegar a tener a una nueva constitución política en la que se reconozcan los valores del ser humano y, en particular, los derechos de las mujeres.

Dos necesidades básicas son la libertad y la pertenencia, que propicien la conciliación entre estas dos necesidades con el entorno social.

Fromm considera que las cuatro primeras personalidades son negativas y que la productiva es la única que puede llevar al hombre a realizarse para emprender proyectos vitales realmente valiosos. Son personas que ponen un interés positivo en establecer vínculos sólidos con otras personas a partir de valores fundamentales como el amor y el respeto; respeto a sí mismo y respeto a los demás; que considere tener una actitud recta independientemente de obrar por convicción y no por temor al castigo terrenal o divino.

Para una nueva constitución que mejore el texto de la que está en vigor, la de 1917. Se requiere que se nombre un Consejo Constituyente por el Congreso de Unión, que se componga de los mejores juristas entre los diputados y senadores y, que además, se auxilien de asesores doctos en la materia para que se puede logra un documento futurista que nos conduzca a formar un México mejor, con mejores ciudadanos, mejores gobernantes, libres de corrupción y  crimen, que incluya en el capítulo de derechos humanos a las víctimas y que a los victimarios se les supriman sus derechos humanos y se les castigue con la penalidad del mismo daño que causaron incluyendo la pena de muerte.

Es de vital importancia que se diseñe un nuevo sistema electoral que se base en la confianza que deben inspirar los partidos políticos, que se manejen con sus propios recursos sin necesidad de costosos tribunales electorales que sólo sirven para dirimir las disputas entre los partidos por la falta de probidad en sus acciones, que tengan ideología definida cuyos miembros estén identificados con ella.

Sea bienvenida una nueva constitución que elimine el fuero y permita la revocación de mandato.
 

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